estuviste meses chateando conmigo. intentando convencerme de que era una buena idea que nos conozcamos.
te bancaste mi desinterés. que te hablara de los tipos con los que salía. del pelotudo de turno que nublaba mis pensamientos. que no te contestara los mensajes. que me desconectara sin saludarte una, y dos, miles de veces. que me olvidase lo que me contabas (¿quién es flor? ah, tu ex, cierto, perdón) y que no recordara que te había prometido salir el finde.
te bancaste una primer salida horrenda donde me comporté mal, mal, mal. donde llegué tarde tardísimo, no recibiste ni un beso, y en donde lo unico que me importaba era volver rápido a casa para ver si el pelotudo de turno se acordaba de mi existencia.
te bancaste otro mes para que te aceptara una segunda salida. persistente, cualquier excusa te era buena para decirme que era algo que teníamos que hacer juntos. me saludabas siempre, todo el tiempo. tanto es así que a veces ni te contestaba porque pensaba uh, este flaco, que goma.
te bancaste tres canceladas al hilo. una con una excusa malísima (en realidad no quería salir, por eso te inventé un cumpleaños y después me encontraste conectada), la llegada imprevista de mi tía, mis no-ganas por la lluvia.
te bancaste una segunda salida tipo trámite, en donde te cambié a ultimo minuto todos los planes. y mi mal humor por causas ajenas a tu persona, que soportaste estoicamente. un casi no beso, que solo por tu iniciativa final (cuasi intento desesperado) terminó siendo.
recién en la tercer salida, que acepté una semana y media después, me gustaste. me enterneció tu persistencia, me empezaste a parecer más lindo que al principio (entre la primer y segunda salida me había olvidado tu cara, debo confesarte), me hacías reir.
tu interés duró un par de salidas más. y después no se por qué, el click. apareció el desinterés. mantenías la cotidaneidad, pero ya no te interesaba verme. o si, pero no tanto como antes. el desinterés cambió de lado. que sensación horrible, así de pronto. me hablabas constantemente, para contarme como estabas, que sentías. me preguntabas por mis cosas. pero de verme nada.
me enojé. es lo primero que hago, siempre. no entendía que estaba mal, por qué no te gustaba más, por qué me hablabas si yo no te gustaba, me estabas boludeando, que onda. si te gustaba al principio, porque ya no. y si ya no, para que me hablabas.
intenté racionalizar la cuestión. un amigo, s.-, al escuchar la historia me semi sonrió.
s.- no es que ya no le gustes, belén. incluso le caés bien, por eso te habla. solo que ya no sos para él una meta, algo por conseguir, esa cosa inalcanzable que fuiste para tantos muchas veces (que sos todavía para mi, turra). se le pasó el bichito de la conquista, ya está, tuvo la figurita difícil.
me enoje todavía más.
belén.- ¿me estás diciendo que soy mejor cuando no pueden tenerme que cuando me tienen? que buena perspectiva.
s.- te digo que constuís esa imagen alrededor de vos, de inalcanzable, que es poderosamente atractiva. pero después no la podés sostener. digo, cuando te entregás ya no sos esa. el deseo está sobre lo que no puede tenerse. es como un vacio que hay que llenar. cuando se llena, cuando te atrapan, se esfuma. se fue. ya no está.
lo pensé unos segundos. tenía un poco de sentido.
belén.- flor de neurosis, igual eh. después las minas somos las histéricas.
s.- ah si. neuróticos somos todos. pero vos coleccionás los especímenes más agudos.
belén.- además, o sea. ¿cómo no le va a interesar verme a mi?
s.- jajaja, sos imposible. lo que no te bancás es esa sensación que te quedó de que no lo gustaste; no soportás que no te elijan aunque vos te pasas no eligiendo a la gente. igual lo de este nabo es inentendible. yo te vería siempre. todo el tiempo. donde quiera que tu estés me hace falta tu calor. te amo, belén.
belén.- callate, nabo. ¿o sea que siempre que le de bola a alguien ese alguien va a perder el interés en mi? ¿eso me estas diciendo?
s.- lo que te digo es que tenés que encarar las cosas distintas. ese halo de lejana que nos gusta tanto y que tenés sirve, al principio, pero después no podés mantenerlo. nadie puede. se mas terrenal, mas accesible desde el principio, y vas a ver.
suspiré entristecida.
belén.- pero yo quería cojermelo nomás. cojíamos bien y me quedaba cómodo. ufa.
s.- me palmea la espalda. no te hagas drama, siendo accesible vas a cojer más y mejor. te prometo.
le pego en el hombro. riéndose, se apura a agregar, señalándose.
s.- siempre podés empezar con este servidor.
te bancaste mi desinterés. que te hablara de los tipos con los que salía. del pelotudo de turno que nublaba mis pensamientos. que no te contestara los mensajes. que me desconectara sin saludarte una, y dos, miles de veces. que me olvidase lo que me contabas (¿quién es flor? ah, tu ex, cierto, perdón) y que no recordara que te había prometido salir el finde.
te bancaste una primer salida horrenda donde me comporté mal, mal, mal. donde llegué tarde tardísimo, no recibiste ni un beso, y en donde lo unico que me importaba era volver rápido a casa para ver si el pelotudo de turno se acordaba de mi existencia.
te bancaste otro mes para que te aceptara una segunda salida. persistente, cualquier excusa te era buena para decirme que era algo que teníamos que hacer juntos. me saludabas siempre, todo el tiempo. tanto es así que a veces ni te contestaba porque pensaba uh, este flaco, que goma.
te bancaste tres canceladas al hilo. una con una excusa malísima (en realidad no quería salir, por eso te inventé un cumpleaños y después me encontraste conectada), la llegada imprevista de mi tía, mis no-ganas por la lluvia.
te bancaste una segunda salida tipo trámite, en donde te cambié a ultimo minuto todos los planes. y mi mal humor por causas ajenas a tu persona, que soportaste estoicamente. un casi no beso, que solo por tu iniciativa final (cuasi intento desesperado) terminó siendo.
recién en la tercer salida, que acepté una semana y media después, me gustaste. me enterneció tu persistencia, me empezaste a parecer más lindo que al principio (entre la primer y segunda salida me había olvidado tu cara, debo confesarte), me hacías reir.
tu interés duró un par de salidas más. y después no se por qué, el click. apareció el desinterés. mantenías la cotidaneidad, pero ya no te interesaba verme. o si, pero no tanto como antes. el desinterés cambió de lado. que sensación horrible, así de pronto. me hablabas constantemente, para contarme como estabas, que sentías. me preguntabas por mis cosas. pero de verme nada.
me enojé. es lo primero que hago, siempre. no entendía que estaba mal, por qué no te gustaba más, por qué me hablabas si yo no te gustaba, me estabas boludeando, que onda. si te gustaba al principio, porque ya no. y si ya no, para que me hablabas.
intenté racionalizar la cuestión. un amigo, s.-, al escuchar la historia me semi sonrió.
s.- no es que ya no le gustes, belén. incluso le caés bien, por eso te habla. solo que ya no sos para él una meta, algo por conseguir, esa cosa inalcanzable que fuiste para tantos muchas veces (que sos todavía para mi, turra). se le pasó el bichito de la conquista, ya está, tuvo la figurita difícil.
me enoje todavía más.
belén.- ¿me estás diciendo que soy mejor cuando no pueden tenerme que cuando me tienen? que buena perspectiva.
s.- te digo que constuís esa imagen alrededor de vos, de inalcanzable, que es poderosamente atractiva. pero después no la podés sostener. digo, cuando te entregás ya no sos esa. el deseo está sobre lo que no puede tenerse. es como un vacio que hay que llenar. cuando se llena, cuando te atrapan, se esfuma. se fue. ya no está.
lo pensé unos segundos. tenía un poco de sentido.
belén.- flor de neurosis, igual eh. después las minas somos las histéricas.
s.- ah si. neuróticos somos todos. pero vos coleccionás los especímenes más agudos.
belén.- además, o sea. ¿cómo no le va a interesar verme a mi?
s.- jajaja, sos imposible. lo que no te bancás es esa sensación que te quedó de que no lo gustaste; no soportás que no te elijan aunque vos te pasas no eligiendo a la gente. igual lo de este nabo es inentendible. yo te vería siempre. todo el tiempo. donde quiera que tu estés me hace falta tu calor. te amo, belén.
belén.- callate, nabo. ¿o sea que siempre que le de bola a alguien ese alguien va a perder el interés en mi? ¿eso me estas diciendo?
s.- lo que te digo es que tenés que encarar las cosas distintas. ese halo de lejana que nos gusta tanto y que tenés sirve, al principio, pero después no podés mantenerlo. nadie puede. se mas terrenal, mas accesible desde el principio, y vas a ver.
suspiré entristecida.
belén.- pero yo quería cojermelo nomás. cojíamos bien y me quedaba cómodo. ufa.
s.- me palmea la espalda. no te hagas drama, siendo accesible vas a cojer más y mejor. te prometo.
le pego en el hombro. riéndose, se apura a agregar, señalándose.
s.- siempre podés empezar con este servidor.
Prometele sodomía que vuelve seguro.
ResponderEliminar¡?
Eliminarya me estoy haciendo un habitue bastante agresivo comentando por aca. hoy voy a decir lo siguiente:
ResponderEliminarJodete por hacerte la dificil.
GILA.
chau, me caes bien igual, y me gusta muchisimo tu blog.
che, niñato, comportate.
Eliminarno me hago la dificil. (en serio).
como no se va a hacer la difícil?,si tiene las tremendas tetas, pensá nabo.
Eliminarpelotudo pensá
La autora puede reivindicarse terminando la saga del italiano esta semana como juró.
ResponderEliminaray, si. me agarra la culpa.
Eliminarcapaz bajo al kiosco a comprar chocolates y la termino esta tarde.