me cacho en diez

después de tanto anunciarlo hoy llegaron.

mis 25 años. estoy a 5 años de que me llegue la década infame (chiste de historiador).

si, sonreite. cumplo el día de las torres gemelas. el día en que asesinaron a allende. el día en que se murió sarmiento. y nací yo. día de desgracias si las hay.

desde que tengo memoria mis cumpleaños fueron uno de mis días menos preferidos del mundo. acostumbrada a deprimirme por cualquier pavada, saber que a mi existencia le queda un año menos de vida (festejemos como pelotudos un año más cerca de morir, cantaba la entrañable violeta) no me dan ganas de festejar nada. la soledad pesa más, las no presencias también.

obviamente que vos y yo sabemos que los simbolismos berretas no son más que eso, construcciones emotivas que le damos nosotros a un día igual que cualquier otro para tener algo más de lo que quejarnos.

ayer tuve con inés, y en consonancia con siri siri ravi shakar (o como sea que se llame el umpa lumpa ese) tuvimos una sensión que era una mezcla de publicidades capitalistas y tarjetas de mejorate pronto (do it!, sonrie, la vida es hermosa, tienes ante tí miles de oportunidades) con cagada a pedos. parece ser que cumplo 25 años y ya puedo, tengo, DEBO, agarrar las riendas de mi vida. empezar a decidir que quiero, tengo toda la libertad para hacer lo que se me cante. ES MI MOMENTO, me dijo inés.

malhumorada, mientras volvía a casa, me pregunté momento de qué.

hoy a las 7.17 me sonó el telefono fijo. era telefónica, para preguntarme si no me interesaba contratar el servicio de speedy.
cuando llegué a cursar a la facultad me di cuenta de que había perdido los 50$ que me había puesto en el bolsillo para comprar las fotocopias que tenía que leer para el jueves que viene. o sea que no las pude retirar.
mientras trataba de caminar hacia la boca del subte nerviosa (por qué toda la gente camina LENTO en esta ciudad del orto, encima ocupando TODA LA PUTA CALLE, a ver, si vas a pasear porque no te corrés a un costado pelotuda) quise hacer una maniobra de doble esquive (estaba todo calculado, si apuraba el paso podía adelantar a este adolescente boludo que caminaba como si nunca se fuese a poner viejo, y luego me corría rápidamente para la izquierda, para pasar a la vieja que iba tambaléandose por el medio de la vereda). tras hacer en menos de dos segundos los cálculos, tomé envión, y manteniendo la vista hacia abajo (el piso, claro) pasé al primer objetivo exitosamente. el tema fue que cuando quise pasar al segundo, salió de imprevisto de un negocio un barney (si, en serio, esos dinosaurios púrpuras que bailan como mogólicos) y me lo choqué de frente. el barney se cayó de culo y yo estuve a milimetros de caerme encima de él (o ella, no se que sería). después de decirme algunas palabrotas que el barney original jamás hubiese dicho y de ayudarlo a levantarse, pude continuar mi camino.
pasé por la panadería a comprar facturas por si caía alguien a tomar unos mates, y cuando voy a pagarle a la piba me doy cuenta de que tenía todas las manos (y la manga del buzo, y la otra mano) azul. en algun momento del día se había reventado una lapicera y no me di cuenta; se ve que además de eso me dediqué a pasarmela por todos los sectores de mi cuerpo que estuviesen en contacto con mis manos.
cuando llegué a casa fui al baño para lavarme las manos y me encontré con que dos lineas azules me atravesaban la mejilla y parte del labio. me miré sin poder creerlo. me pregunté hace cuanto estaría con este look mapuche pre civilizatorio de lineas de guerra cruzandome las mejillas y no quise saber la respuesta.
me pasé detergente, jabón blanco, de tocador, agua fria, agua caliente, y no pude sacarme las manchas.
por suerte mi amiga p.-, que sabe todo, me dijo que la tinta sale con alcohol.

felí cumpleaños belén. que te sea leve.