yo tendría unos 6 años y viajabamos en un colectivo hacia la plata. siempre me gustó viajar, desde chiquita. esas 22 hs nunca eran una pérdida de tiempo. leía, escuchaba música, pensaba. nunca fui de esas personas que se aburren, siempre disfrute bastante estar conmigo misma.
iba leyendo una revista de tribilín y mirando asombrada el cambiante paisaje; para una patagónica pasar de la desolación árida al verde siempre era una actividad fascinante. mamá en el asiento del lado del pasillo leía "el libro de los amores ridículos" de milan kundera. siempre me llamaron la atención los títulos (de cualquier cosa, sean de libros, películas, artículos); este en particular me quedó muy presente. sintetiza en seis palabras esa búsqueda de amor terca y constante a la que estamos abocados, que hace que terminemos enredando nuestras soledades de forma rídicula y artificial.
como sea, veníamos asi, por la pampa húmeda. yo enfrascada en mi revista, cuando de pronto pasamos por un gaseducto. o una compañia de gas, o algo así, no se bien. la cuestión es que el micro se llenó de un olor bastante asqueroso y particular.
yo levanté la vista de tribilín y le sacudí el brazo bruscamente. ella me miró. yo le devolví una mirada cómplice y con una risita, dije, en voz exageradamente alta:
belén.- mamá! te tiraste un pedo!!!
mamá, colorada como un tomate y mirando hacia todos lados, balbuceó:
m.- no belén, es que pasamos por esta empresa de gas que...
belén.- jajaja (cada vez mas alto) se tirooo un pedoooo.
m.- bajá la voz belén, no. no me tire...
belén.- está bien si te tiraste. podés decirmelo. a veces los pedos se escapan.
m.- basta belén, fue que ...
belén.- jajaja, un pedo!
m.- BASTA BELÉN, NO ME TIRÉ NADA.
belén.- bueno.
m.- ...
belén.- no te preocupes igual. es re natural.
mamá siempre decía que desde chiquita tuve talento innato para sacar de las casillas a cualquiera en un tiempo record.
mi vieja disfrutaba mucho contando esta anécdota, era de sus preferidas, no podía evitar llorar de la risa en medio del relato. solía generar muchísimas carcajadas, no porque el cuento fuese particularmente bueno, sino porque su talento innato era mucho mejor que el mío: tenía la risa mas contagiosa del mundo.
iba leyendo una revista de tribilín y mirando asombrada el cambiante paisaje; para una patagónica pasar de la desolación árida al verde siempre era una actividad fascinante. mamá en el asiento del lado del pasillo leía "el libro de los amores ridículos" de milan kundera. siempre me llamaron la atención los títulos (de cualquier cosa, sean de libros, películas, artículos); este en particular me quedó muy presente. sintetiza en seis palabras esa búsqueda de amor terca y constante a la que estamos abocados, que hace que terminemos enredando nuestras soledades de forma rídicula y artificial.
como sea, veníamos asi, por la pampa húmeda. yo enfrascada en mi revista, cuando de pronto pasamos por un gaseducto. o una compañia de gas, o algo así, no se bien. la cuestión es que el micro se llenó de un olor bastante asqueroso y particular.
yo levanté la vista de tribilín y le sacudí el brazo bruscamente. ella me miró. yo le devolví una mirada cómplice y con una risita, dije, en voz exageradamente alta:
belén.- mamá! te tiraste un pedo!!!
mamá, colorada como un tomate y mirando hacia todos lados, balbuceó:
m.- no belén, es que pasamos por esta empresa de gas que...
belén.- jajaja (cada vez mas alto) se tirooo un pedoooo.
m.- bajá la voz belén, no. no me tire...
belén.- está bien si te tiraste. podés decirmelo. a veces los pedos se escapan.
m.- basta belén, fue que ...
belén.- jajaja, un pedo!
m.- BASTA BELÉN, NO ME TIRÉ NADA.
belén.- bueno.
m.- ...
belén.- no te preocupes igual. es re natural.
mamá siempre decía que desde chiquita tuve talento innato para sacar de las casillas a cualquiera en un tiempo record.
mi vieja disfrutaba mucho contando esta anécdota, era de sus preferidas, no podía evitar llorar de la risa en medio del relato. solía generar muchísimas carcajadas, no porque el cuento fuese particularmente bueno, sino porque su talento innato era mucho mejor que el mío: tenía la risa mas contagiosa del mundo.
Belén (:
ResponderEliminarKundera (:
No creo que el amor y el cariño sea una forma terca de enredar a la gente. Creo que es una de las partes más verdaderas en lo que implica ser una persona. O más puras. O más lindas, o más algo que no puedo expresar ahora mismo.
Un abrazo señorita expansiva.
Me encanto!!!! me senti un poquito yo de chica, sacando de las casillas a la Grace.
ResponderEliminarTe quiero enana, y te extraño!
Agus
Me encanto. Que lindo que relatas!
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