mis padres fueron radicales, yo soy peronista, lo de progre vino por default. no entiendo lo de guardar secretos y siempre lloro en todas las sesiones con mi analista así siento que no desperdicio 700 pé. mi último gran descubrimiento es que soy una discapacitada vincular. lo específico nunca fue mi fuerte, amo odiarme y te juro que soy mejor con la cara en movimiento.

la unica diferencia entre la realidad y la ficción es que la ficción debe ser verosímil .- mark twain

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dijo de belén el caricaturista historiador bobrow: "el idiolecto de la autora de este blog asume todos los tópicos culturales más políticamente incorrectos de occidente sin por ello asumir su carga ideológica".

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lunes, 17 de septiembre de 2018

ÉL o cuando todo explota/28

nota importante: para entender esta historia, es muy necesario leer las entradas de ÉL (hagan click acá) del 2013, dónde, justamente, ÉL aparece y yo lo cuento en tiempo real en el blog.

ÉL en el 2018:


hiperventilé toda la noche. no pegué un ojo.
finalmente, luego de lo que me parecieron siglos, por la ventana entró un resabio, tímido, de luz. 
me inundó la emoción. ya era de día, eso solo significaba una cosa: una excusa para poder levantarme.
me desenredé pacientemente de ÉL y salí de la cama sin hacer ningún tipo de ruido. me estiré el sweeter hacia abajo, intentando cubrirme un poco más las piernas. el piso estaba helado y no quise ponerme a buscar el pantalón ni las medias para no despertarlo. 
me senté en el comedor y me puse la frazada encima. busqué con la mirada mi celular, y lo encontré encima de unas cajas al costado. lo agarré. marcaba las 7:08 am. suspiré desengañaba, había pensado que serían las 9, algo así.
abrí twitter y me enfrasqué en las noticias hasta que apareció ÉL, totalmente desnudo.
levanté mi vista sorprendida y nos miramos.

ÉL.- ¿que pasó?
belén.- nada nada. andá a dormir.
ÉL.- ¿estás bien?
belén.- si si, me desperté.
ÉL.- nunca te dormiste.
belén.- si me dormí.

lo miré de arriba a abajo. ÉL se miró también.

belén.- estás desnudo.
ÉL.- si, ahora me visto.
belén.- no, no te vistas. seguí durmiendo.
ÉL.- no, no puedo dormir si estás despierta acá sola.
belén.- no pasa nada.
ÉL.- si, pasa.

se fue a la habitación y volvió vestido. me tiró el jean y lo que restaba de mi ropa.

ÉL.- vestite que te llevo.
belén.- ¿a dónde? son las 7 de la mañana.
ÉL.- si, te llevo a tu casa así podés dormir.
belén.- estás en pedo que me vas a llevar a mi casa a esta hora.
ÉL.- bueno, no se, vamos a desayunar.
belén.- ¿a dónde vamos a ir a desayunar? mirá la hora que es.
ÉL.- bueno, te hago unos mates.
belén.- andate a dormir, no dormiste nada. ayer te levantaste super temprano.
ÉL.- no me puedo dormir si vos no podés dormirte.
belén.- bueno vamos a acostarnos.
ÉL.- no, no dormiste en toda la noche. te llevo.
belén.- cómo me vas a llevar a las 7 de la mañana, en todo caso me tomo un taxi.
ÉL.- te llevo.
belén.- no, esperá, sentate. escuchá lo que te estoy diciendo. nos acostamos los dos de vuelta y listo.
ÉL.- no.
belén.- no seas caprichoso.
ÉL.- vos sos una caprichosa de mierda, no podés dormir, te llevo a tu casa, no quiero que estés sin dormir.
belén.- no quiero que me lleves a mi casa a esta hora, estas en pedo pibe.
ÉL.- bueno, no te vas a quedar todo el día acá, en algún momento te vas a tener que ir.

el comentario me cayó como el orto. ¿este hijo de puta me estaba acusando de que me quería instalar en su casa? ¿que mierda le pasaba? todo el intento de tolerancia y paciencia que había exhibido hasta ese momento desapareció. me sentí rechazada, ofendida, echada.

no dije una palabra más. me levanté y empecé a cambiarme. agarré mis cosas con energía.
ÉL percibió el cambio de tensión de la situación y empezó a hacer chistes. iba detrás mío comentando boludeces.

ÉL.- lilu.

ni lo miré.

ÉL.- lilu, te ponés más bonita cuando te enojás.

abrí la puerta del departamento y salí al pasillo. ÉL me siguió, monologando. me corrí sin mirarlo para que abriese la puerta de entrada del edificio. la abrió y salí detrás. ÉL venía medio al trote detrás mío sin parar de decir pelotudeces.

ÉL.- lilu, el auto está para el otro lado.

seguí caminando en la misma dirección.

ÉL.- ey, bel.

me agarró el brazo y me liberé con un gesto seco como si hubiese recibido de su cuerpo una patada eléctrica. lo miré fijamente.

belén.- déjame en paz.

ÉL se quedó mudo.
me di vuelta y seguí caminando entre prostitutas hasta que vislumbré un taxi y lo paré. me subí y recién ahí volví a mirar para dónde estaba ÉL.
seguía exactamente en el mismo lugar.
le di la dirección al taxista y arrancó.

7 comentarios:

  1. No entiendo como se fue todo tan al carajo!

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  2. te imagine desnuda, con una teta para cada lado, mirando el techo mientras el roncaba.

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    1. mis tetas son hermosas, nada anaquicas. van siempre pa arriba

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  3. Yo te banco un montón pero la cagaste, Belén, la cagaste y con todo el orgullo todavía jajjajaj no creo que te estuviera echando sino que re sintió que no la pasaste bien. Un genio. No es malo ser honesta y admitir cuando un encuentro es una poronga y te quieren hacer la gauchada de llevarte a tu casa a dormir.

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