nota importante: para entender esta historia, es muy necesario leer las entradas de ÉL (hagan click acá) del 2013, dónde, justamente, ÉL aparece y yo lo cuento en tiempo real en el blog.
ÉL en el 2018:
14. chats e invitación
14 bis. inés me empuja hacia ÉL.
15. ÉL me acorrala
16. ÉL y el instante de volver a verte
17. ÉL y de cómo me achico un poco más
18. ÉL y la incompatibilidad lunar
19. ÉL lo pone en palabras
ÉL en el 2018:
14. chats e invitación
14 bis. inés me empuja hacia ÉL.
15. ÉL me acorrala
16. ÉL y el instante de volver a verte
17. ÉL y de cómo me achico un poco más
18. ÉL y la incompatibilidad lunar
19. ÉL lo pone en palabras
ÉL.- ¿hay mal olor que abrís la ventana?
belén.- no no. no hay olor.
ÉL.- ¿y entonces?
belén.- no se. necesitaba respirar.
ÉL.- me parece bien. respirá.
belén.- bueno, ya está todo, ¿no?
ÉL.- si lilu. sos mágica. así parece que hay más espacio, me gusta como moviste los muebles.
belén.- me gusta esa ventana.
ÉL.- quiero poner una enredadera. ¿se podrá?, que decís.
belén.- si, claro. me gusta la idea.
ÉL.- me gusta que te guste. y que estés acá.
lo miré, pensando que tal vez ese era el momento. bajó rápidamente la mirada. me acerqué unos pasos, titubeando. no podía leerlo bien, ¿quería darme un beso o no? se puso a mirar la lluvia, que cada vez era más fuerte. me acerqué un poco más, me estaba dando la espalda. estiré la mano con la intención de tocarlo y como si lo presintiera se dio vuelta bruscamente.
ÉL.- ponete cómoda que yo voy a cocinarte.
guardé mi mano en el bolsillo del jean, como si ese hubiese sido el plan original. le sonreí.
belén.- ¿qué vas a cocinar?
ÉL.- te di dos menues, ¿no?
belén.- si. y te dije que me daba igual.
ÉL.- como siempre. pero tenés suerte. elegí el mejor.
se encerró en la cocina. me quedé sola y miré a mi alrededor. en un costado había una caja con un montón de cds. los moví un poco y sonreí por tanta progresía. murga uruguaya, serrat, pablo milanés, piazzolla, ella fritzgerald, gieco, miles davies, silvio rodriguez. claramente no era una selección propia, ¿de dónde los habría rescatado?
caminé hasta la habitación y traté de acostumbrar mi vista a la penumbra. la luz tenue del comedor se posó en un extremo, donde tirado había un reproductor de cds de los transportables. me sonreí. andá a saber de dónde había rascado eso. lo agarré y lo traje para el comedor, lo enchufé y me senté en el piso a mirar los cds.
ÉL salió de la cocina y me miró.
ÉL.- ¿vas a poner música? mirá como te sentás lilu que linda. yo no puedo, me hace mierda las rodillas.
belén.- ¿que?
ÉL.- así, con esa pose medio de yoga.
belén.- no sabía que era una cualidad.
ÉL.- es porque sos tan chica. tan chiquita.
belén.- no soy tan chica.
ÉL.- ¿qué pesas, 40 kilos?
belén.- ojalá.
ÉL.- sos muy transportable.
belén.- ¿a dónde me vas a llevar?
ÉL.- sabés que podés contar conmigo para llevarte a dónde quieras ir.
se hizo un silencio, pesado.
belén.- estos cds son terribles.
ÉL.- de gente mayor, je. me los regalaron, los iban a tirar.
belén.- si, me imaginé. voy a poner este.
ÉL.- ¿sabina? que horror. poné jazz.
lo miré. me miró.
ÉL.- bueno, hacé lo que quieras.
puse el cd.
me levanté y me le acerqué. se quedó parado en dónde estaba.
le acomodé la camisa.
ÉL.- a veces pienso que sabés exactamente lo que estás haciendo.
lo miré como interrogándolo.
suspiró y completó la frase.
ÉL.- y a veces que no tenés ni la re puta idea.
me volvió a dar la espalda y se metió en la cocina nuevamente.
me aburro, belen.
ResponderEliminar¿y qué puedo hacer por vos?
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