ÉL en el 2018:
14. chats e invitación
14 bis. inés me empuja hacia ÉL.
15. ÉL me acorrala
16. ÉL y el instante de volver a verte
17. ÉL y de cómo me achico un poco más
18. ÉL y la incompatibilidad lunar
19. ÉL lo pone en palabras
20. ÉL y no se que carajo está pasando
me quedé sola en el comedor y empecé a enroscarme. ¿no quería estar conmigo? ¿para qué me había invitado? ¿es que estoy gorda? no le gusto, es eso.
el estomago empezó a hacerme ruidos raros y mi ánimo cambió bruscamente. me di cuenta de que si permitía que mi cucuqueada se expandiera todo se iba a ir a la mierda. tenía que escaparme de mi cabeza, y lo único que se me ocurrió fue meterme en la cocina. abrí la puerta de sopetón y me recibió una humareda importante.
belén.- ¿qué hacés?
ÉL.- papas fritas.
belén.- ¿papas fritas hijo de puta? mirá la hora que es.
ÉL.- por vos cualquier cosa lilu.
sonrió amplio, y se puso a maniobrar con una ensalada mientras vigilaba los bifes a la plancha.
se me revolvió aún más el estomago al ver la cantidad de aceite que le ponía a todo y sentí (les juro que lo sentí) como el olor se me impregnaba en el pelo, la ropa, el alma y el cerebro.
cerré los ojos intentando controlar un ataque compulsivo de pulcritud virginiana. conté hasta cinco y repetí como mantra: vos podés belén, tranquila.
abrí los ojos de vuelta. lo vi enfrascado en manejar las distintas hornallas. me dio ternura la dedicación que estaba poniendo en cocinar.
en eso estaba cuando preguntó desconfiado.
ÉL.- ¿te gusta no?
belén.- si si.
ÉL.- ¿seguro?
belén.- no estoy muy acostumbrada a tanto frito, pero obvio que me gusta.
ÉL.- ¿lilu, no te gusta?
soltó la sartén que pegó contra la cocina con un golpe seco.
pensé rápido. se me da horrible mentir y ÉL era extremadamente perceptivo.
ÉL.- hago otra cosa. que querés.
belén.- si me gusta.
le mantuve la mirada e intenté que la voz me saliera lo mas firme posible.
ÉL.- no te gusta. te pregunté.
contraatacó. que difícil, la puta madre, este chabón.
mantuve la línea. me reí un toque forzadamente.
belén.- como no me van a gustar las papas fritas. no estoy acostumbrada a tanto aceite, nada más.
ÉL.- uh bueno. yo quería que todo te guste.
belén.- me gusta.
ÉL.- no.
belén.- si me gustan.
ÉL.- es obvio que no.
el fastidio que estaba intentando controlar me atacó como una bofetada.
belén.- te estoy diciendo que si. que denso que te pones.
ÉL.- ¿yo? ¿a quién no le gustan las papas fritas?
belén.- ¿pero quién dijo que no me gustaban?
ÉL.- no me tenés que decir nada. se te nota todo enana.
belén.- me gustan.
ÉL.- no me gusta que me mientas.
belén.- que gomoso que sos.
ÉL.- no soy gomoso. quiero que estés bien.
belén.- entonces no me rompas mas las pelotas.
salí de la cocina con ganas de dar un portazo pero me contuve.
desde ahí lo escuché quedarse con la última palabra.
ÉL.- no te gustan porque nunca comiste MIS papas fritas lilu. ya vas a ver.
La famosa concha arena, producto de no cojer nunca. Siempre aparece en los mejores momentos para mostrar su ortividad.
ResponderEliminardeconstruite papi.
EliminarHeavy heavy, situacion chota a mas no poder
ResponderEliminar¿chota de parte de quién?
Eliminarde parte de la situacion
Eliminarsoy otro anonimo, soy el que se aburre leyendo esto pero aca un poco mejoro.
ResponderEliminarpero si te aburris no entres mas! no te hagas esto.
Eliminarbesulis
Me cae mal y me cae bien y me cae mal y me vuelve a caer bien, así todo el tiempo.
ResponderEliminar¿por que te cae mal? quiero saber
EliminarUh hacer papas fritas es un pijazo. Hice una vez y nunca más. Buena la intencion pero hubiera sido mejor unas milanesas y papas al horno. Metes todo ahi y no tenes que andar haciendo malabares con la plancha y la fritada.
ResponderEliminarLa ensalada bien.
Es un bajón cuando insisten en que salga todo bien y satisfacer todo, no encuentro la palabra de lo que se siente, pero tanta entrega a mi mi incómoda jaja
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