puede ser un día cualquiera, X, el que usted quiera.
puede sentirse neutra, como cualquier día de esos que nos tocan transitar. la vida está llena de días cualquieras. esos dónde no pasa absolutamente nada digno de mención, una repetición de la nada misma, un día menos de nuestro calendario de vida.
puede tener el mal tino de mirar las noticias, o tal vez twitter. ya nadie mira las noticias, es cierto. abre twitter y de pronto la realidad de la mierda en la que se ha convertido su país la abofetea. o sea, usted se sentía bastante bien, neutra, no pasaba nada, pero de pronto la realidad se hace evidente, le escupe a la cara y se encuentra bombardeada por la mierda. a usted no le afecta tan directamente porque es privilegiada y lo sabe, pero no importa. tiene empatía burguesa, puede imaginarse. ya la neutralidad se pierde y el destino se tuerce. ya no es un día cualquiera, sino que es un día que se ennegrece.
puede salir a tomarse el colectivo con la pesadumbre de que la gobierne el macrismo y el colectivo tardar 45 minutos. puede mirar las caras de sus desafortunados compañeros de espera en la parada e imaginar que el 51% de ellos votó porque este tipo la gobierne. puede pensar que empatía las pelotas y fantasear con ajusticiar a cada uno de ellos al grito de ¨viste que no eran lo mismo, imbécil del orto¨ y de pronto darse cuenta de que este día ya está tomando un tufillo cercano a la mierda.
puede suceder que al subir al colectivo la cantidad de gente que viaja apretadísima a que le quieten la plusvalía la abrumen. que enterarse de un nuevo aumento en el boleto empuje su ánimo un poco más al borde y que comience a sentir calor y odie esta época del año en la que se pone una campera para salir a la mañana y ya a las 11 am no sabe qué hacer con ella. puede que transpire y a partir de ello se sienta sucia durante todo el día, y paranoique con que todos la ven así e incluso, porque no, la huelen. puede que se haya olvidado de cargar el celular y su batería se muera a medio camino del trabajo. puede pensar que la vida la odia, y seguramente tenga razón.
puede pasar que tenga un día largo dando una materia que no le guste en una carrera que considere ridículamente funcional al sistema capitalista, pero que se consuele pensando que hay gente que la pasa peor. puede que vuelva a recordar que la gobierna el macrismo y tenga ganas de quitarse la vida. puede que piense que loco esas fantasías que de pronto la asaltan y que más loco aún es que haya gente que las lleve a la práctica.
puede que vuelva en el colectivo cansada y sintiéndose horriblemente molesta y un chico lindo la mire. puede que piense que la mira porque está sucia, y se encorve un poco para hacer más horrible el cuadro. puede que sepa que nadie puede verla bella porque todos la ven como se ve usted, horrenda.
puede que llegue a su casa casi a la medianoche con mucha hambre pero sin ganas de cocinar. puede que su gata haya vomitado en lugares diversos para recibirla, puede que sienta que su mascota la odia. seguramente tenga razón.
puede que se mire al espejo y se vea ojerosa y horrible. puede que se toque el pelo y piense que ese shampoo del orto se lo deja cada vez más pedorro. puede que se vea un grano en el mentón y piense que es obvio que nadie la va a amar nunca.
puede que ponga a cargar el celular y lo encienda con cierta esperanza que no quiere reconocer. puede que le caigan algunos mensajes intrascendentes, pero nunca el que usted está esperando. puede que esa persona no se haya acordado de usted en todo el día, mientras que usted se hizo la que no, pero lo tuvo todo el puto día presente, sobrevolándola como un fantasma. puede que se sienta una estúpida y se diga a si misma que era obvio que no le iba a escribir.
puede que decida no comer nada pese al ruido de su panza y se contente con unas nueces que compra haciéndose la fit. puede que se tire en la cama y abra la ventana de chat del susodicho que no se acordó de usted en todo el día. puede que el mismo se encuentre en línea, y seguramente usted empiece a desarrollar teorías fantasiosamente disparatadas en donde él habla con una modelo hermosa que lo contenta sexualmente como usted nunca pudo.
puede que la ansiedad la haga comenzar a rascarse el grano del mentón. no contenta con rascar la cascarita, sigue hurgando hasta que salga sangre roja y el agujero en el centro de su barbilla quede total y absolutamente visible. puede que se vaya a mirar al espejo y la embargue una desesperación total porque al otro día tiene que ir a dar clase en el secundario con ese horror en el medio de la cara que acaba de perpetuar.
puede que vuelva a acostarse resignada a ser un ser horrible gobernada por el macrismo y no amada por nadie. y puede que vuelva a abrir la ventana del susodicho, que ya no se encuentra en línea. esto en lugar de aliviarla, puede que le genere mayor preocupación. si no está en línea, ¿dónde está? ¿pasándola bomba con la modelo rubia que se lo coje como en una porno?
puede que comience a fantasear con que usted está muy gorda y ahora tiene un cráter en la barbilla, y además la gobierna el macrismo. ¿quién podría amarla en esas condiciones?
puede que vuelva a abrir el chat y que la ausencia del en línea del susodicho le genere niveles de ansiedad neurótica desconocidos. puede que comience a odiarlo por no estar en línea y que encima no la ame. puede sentirse rechazada porque el susodicho no solo no le habló, sino que además ni siquiera se encuentra en línea y encima se digna a vivir su vida sin avisarle a usted qué carajo está haciendo. puede que sea una control freak que quiera saber absolutamente todo del susodicho y resulta que no sabe absolutamente nada. puede hundirse en la desesperación horrorosa de la ridiculez del azar que nos maneja y que nos enfrenta una y otra vez a la realidad de que no podemos controlar siquiera nuestra existencia, mucho menos la de los demás.
puede que vuelva a abrir el chat e impulsivamente escriba: pero por qué no te vas a la reputa que te pario, pedazo de pelotudo. puede que, sin pensarlo un nanosegundo, apriete enviar.
puede que definitivamente lo haya logrado.
felicitaciones.
el desastre ha sido perpetuado.
Puede que el susodicho haya tenido arduo. Puede que el susodicho sepa un poco de todo y mucho de nada y no sepa cuando hay que abrir el chat y dar el primer paso o cuando hay que recluirse y esperar a que el otro haga la primera movida. Puede que el susodicho lea un comentario en su chat cerca de la medianoche, puede que el susodicho se haya encontrado esperanzado al leer el nombre de la susodicha, puede que le haya causado gracia saber que le hayan consultado amablemente los motivos por los cuales no se va a la reputa que lo parió ya que es un pedazo de pelotudo. Puede que conteste: "porque te tengo a vos tontita, cómo estuvo tu dia en esta urbe macrista del orto".
ResponderEliminarpero corazón, sos un romántico en el fondo.
Eliminar¿o crees que yo lo valgo?