abro un ojo.
un rayo de sol me pega justo en medio de la cara.
me corro, pero en cualquier posición a la que pueda acceder con mi cabeza apoyada en la almohada el rayo me encuentra. es potente.
me doy vuelta ofuscada, pero se que no voy a durar mucho en esa posición. me hace doler la espalda. gajes de los 26.
manoteo el celular. lo escuché sonar varias veces, lejano. 3 mensajes, dos llamadas, 4 conversaciones de wassap.
miro la hora. las 5.
me doy vuelta otra vez. me duele la cabeza. me cuesta recordar, todavía no desperté del todo. me parece que dormí toda una vida. tal vez dos. me estiro y miro la hora. las 5. no termino de desentrañar que día es hoy, que fue lo que hice ayer, a que 5 se refiere el uso horario.
me siento en la cama. con una bombacha de encaje y una remera brillosa, recuerdo que ayer, u hoy, es 1ero. mis pies tocan el piso fresco, el ventilador, en su primer velocidad, se mueve bamboleante y sus aspas me acompañan suavemente con su musica. tas, tas, tas, tas, tas.
trago saliva, tengo la garganta seca por el ventilador. levanto la cortina y el sol pega de lleno. tienen que ser las 5 de la tarde. yo habia quedado algo con alguien, pero no puedo recordar que. la cabeza me explota.
busco el celular y leo los mensajes. gente preguntandome si llegue bien, y con quien. recuerdos borrosos de baile, luces, estar parada en una silla, dar vueltas en el auto, una discusión pelotuda.
de pronto me acuerdo de la discusión. me hago una colita y me miro al espejo. uno pensaría que ya a los 26 dejaría de discutir pelotudeces. me acomodo el flequillo, no estoy tan mal. me paso la mano por debajo del ojo para sacar el delineador corrido. las cosas son simples, simples, simples.
me saco la remera, me miro. me toco la panza. de pronto escucho a alguien diciendome que a mi me encanta año nuevo, que no puedo dejar que nadie me quite eso. yo digo que si, pero que me envenené de pronto. después nada, borroso del todo. los mensajes de amigos diciendome que como bailamos y que la parte de la barra fue genial. la parte de la barra.
me siento en el piso. cuento las vueltas del ventilador, me pierdo siempre después del 13 y vuelvo a empezar. cuando chica me pasaba cuando contaba ovejas para dormir. no me dormía pero me distraía de la cuenta y siempre tenía que volver a empezar. quizá por eso nunca fui buena en matemática.
de pronto recuerdo una charla con una amiga borracha sentada en la arena. me llama al celular y me dice que esta borracha y que me quiere. yo le cuento la discusión pelotuda y ella llora por mi discusión pelotuda y me reta, me dice que no compita con gente que no esta a la altura. no compitas, competir es malo, pero es peor cuando es gente a la que le ganás por knock out me dice. y no entiendo si me habla de ella o me habla de mi. te quiere o no te quiere belén.
a medias no sirve, te quiere o no te quiere. los intermedios no sirven, porque te atascas al pedo. quedas como una rueda girando sobre el barro empantanado. si no te quiere del todo, que se vaya a cagar, dice.
es una amiga sabia.
esto era lo que veía mientras charlaba con ella:
de pronto me vuelve a sonar el celular. es ella, que me pone: che, si no te quiere es un pelotudo, belén. move on.
de pronto sonrío. tiene razón.
un rayo de sol me pega justo en medio de la cara.
me corro, pero en cualquier posición a la que pueda acceder con mi cabeza apoyada en la almohada el rayo me encuentra. es potente.
me doy vuelta ofuscada, pero se que no voy a durar mucho en esa posición. me hace doler la espalda. gajes de los 26.
manoteo el celular. lo escuché sonar varias veces, lejano. 3 mensajes, dos llamadas, 4 conversaciones de wassap.
miro la hora. las 5.
me doy vuelta otra vez. me duele la cabeza. me cuesta recordar, todavía no desperté del todo. me parece que dormí toda una vida. tal vez dos. me estiro y miro la hora. las 5. no termino de desentrañar que día es hoy, que fue lo que hice ayer, a que 5 se refiere el uso horario.
me siento en la cama. con una bombacha de encaje y una remera brillosa, recuerdo que ayer, u hoy, es 1ero. mis pies tocan el piso fresco, el ventilador, en su primer velocidad, se mueve bamboleante y sus aspas me acompañan suavemente con su musica. tas, tas, tas, tas, tas.
trago saliva, tengo la garganta seca por el ventilador. levanto la cortina y el sol pega de lleno. tienen que ser las 5 de la tarde. yo habia quedado algo con alguien, pero no puedo recordar que. la cabeza me explota.
busco el celular y leo los mensajes. gente preguntandome si llegue bien, y con quien. recuerdos borrosos de baile, luces, estar parada en una silla, dar vueltas en el auto, una discusión pelotuda.
de pronto me acuerdo de la discusión. me hago una colita y me miro al espejo. uno pensaría que ya a los 26 dejaría de discutir pelotudeces. me acomodo el flequillo, no estoy tan mal. me paso la mano por debajo del ojo para sacar el delineador corrido. las cosas son simples, simples, simples.
me saco la remera, me miro. me toco la panza. de pronto escucho a alguien diciendome que a mi me encanta año nuevo, que no puedo dejar que nadie me quite eso. yo digo que si, pero que me envenené de pronto. después nada, borroso del todo. los mensajes de amigos diciendome que como bailamos y que la parte de la barra fue genial. la parte de la barra.
me siento en el piso. cuento las vueltas del ventilador, me pierdo siempre después del 13 y vuelvo a empezar. cuando chica me pasaba cuando contaba ovejas para dormir. no me dormía pero me distraía de la cuenta y siempre tenía que volver a empezar. quizá por eso nunca fui buena en matemática.
de pronto recuerdo una charla con una amiga borracha sentada en la arena. me llama al celular y me dice que esta borracha y que me quiere. yo le cuento la discusión pelotuda y ella llora por mi discusión pelotuda y me reta, me dice que no compita con gente que no esta a la altura. no compitas, competir es malo, pero es peor cuando es gente a la que le ganás por knock out me dice. y no entiendo si me habla de ella o me habla de mi. te quiere o no te quiere belén.
a medias no sirve, te quiere o no te quiere. los intermedios no sirven, porque te atascas al pedo. quedas como una rueda girando sobre el barro empantanado. si no te quiere del todo, que se vaya a cagar, dice.
es una amiga sabia.
esto era lo que veía mientras charlaba con ella:
de pronto me vuelve a sonar el celular. es ella, que me pone: che, si no te quiere es un pelotudo, belén. move on.
de pronto sonrío. tiene razón.
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