esta historia empieza acá
sigue acá
la tercera parte acá
y la cuarta acá
mientras subíamos los escalones que nos separaban de mi tercer piso por escalera yo ya me habia arrepentido de la invitación. ¿por qué estaba subiendo a mi casa con un pibe que no me cerraba, que no me gustaba? ¿qué estaba haciendo?
se sentó en un sillón. hablamos de pavadas un rato, porque el no parecía decidirse a avanzar, y yo nunca fui buena para dar los primeros pasos.
me suena de vuelta el celular. francisco otra vez: ¿y? contestame che
me reí otra vez.
está todo bien, estamos en casa.
a partir de eso se desarrolló una conversación por wassap que empezó a incomodarle.
che, decile que no moleste, me dijo el sopapa.
"ya le dije que es un goma, pasa que no puede con su genio. es muy chusma"
o está muy preocupado por vos, contestó, seco.
dejé el celular al costado.
le pregunté si quería tomar algo. me dijo que no.
me levanté igual para buscarme un vaso de agua.
cuando volví me agarró de la cintura y me llevó hacia él.
me senté encima. no sentí nada. de nada. nada.
no es tan feo belén, me repetí. no es tan feo.
me incliné sobre él y esperé. ¿como se le dice ahora a los besos cuando apoyas solo los labios en los del otro? ¿picos o es muy noventas? se acercó y me dio eso, un pico.
como sea, nunca me gustaron los picos. es como, que mierda es eso, ¿un beso?, por favor. un beso de tortugas, eso es.
esperé. tal vez había tenido un pequeño acv y pensaba que era una buena manera de calentar la cuestión. se acercó. me dio otro pico.
wtf???
escuché que sonaba mi celular y me dio mas ganas de ver que me escribía alguien random que seguir besando a este flaco.
me volví a acercar; otro pico mas. tome aire y empecé a darle besos por el cuello, lamí su oreja, me acerqué de vuelta a su boca. por fin, la abrió. sentí la música de europe en mi cabeza:
la había abierto al menos.
sin embargo canté victoria demasiado rápido.
nuestras bocas encastraron, como encastran las dos palmas de las manos cuando aplaudís, ¿viste?. pero nada las unió. yo metí, suavemente, mi lengua, pero el no.
me aparté entre sorprendida y risueña. ¿que le pasaba a este tipo? ¿en serio había tenido algún acv o era imbécil naturalmente?.
volvió a acercarse con su boca sin movilizar su lengua. hicimos lo mismo que habíamos hecho dos segundos antes: sopapear.
eso era la definición exacta de lo que hacíamos: no era un beso, era sopapear. nada unía a las dos bocas, no había nada de sexy, ni de sexual, ni siquiera de afectivo o cariñoso. nada. era como que el tipo mecánicamente abría la boca y se quedaba ahí, sin movilizar nada más. como un pescado a la espera de que lo alimenten, abría y cerraba. abría y cerraba.
yo intenté, como pude, salvar la situación. le besé las comisuras, le acaricié el cuello y el pelo, subí dandole pequeños besos de su cuello a sus labios, los recorrí con mi lengua, pero cada vez que el sopapa buscaba intervenir en la situación, con su boca dura, con su lengua tensa, solo sopapeabamos.
sin embargo el sopapa parecía estar pasandola bien, su respiración se aceleraba e insistía una y otra vez con buscar mi boca con sus labios y sopapear al compás.
yo estaba incómoda, incomodísima. me moví de la posición en la que estaba y noté que, justamente, no notaba nada. nada de nada.
tuve un lapsus, y recordé a mi amiga a.- cuando le dije que iba a salir con el sopapa. me pidió que le pasara el perfil de face y estuvo mirando las fotos. me copió y pegó en el chat una en la cual el sopapa estaba parado con dos chicas rubias, y una maya ridículamente corta, era casi un boxer ajustado.
"¿qué tiene?", recuerdo que le pregunté.
nada, eso tiene. no se le nota nada, me dijo a.-
me moví un poco sobre sus piernas, nada. eso tiene, no se le notaba nada.
me puse de pie y me senté sobre él, pero de espaldas digamos. mi culo estaba en contacto directo con su zona. me acomodé dos, tres veces. busqué sentir, aunque sea un poco su miembro. nada.
el sopapa, ajeno totalmente a mi búsqueda con mis posaderas, seguía insistiendo en sopapearme.
en algún momento de la noche me harté, eran las 4 am y yo trabajaba al otro día. me paré, le dije que era tarde, que tenía que dormir.
pero, ¿cómo?, ¿no vamos a cojer?, preguntó el sopapa, consternado. cuasi indignado, te diría.
"no, te dije que no ibamos a cojer", le dije sorprendida. (si no tenés el pito parado, ¿cómo pretendés cojerme?, pensé también, pero mi cerebro eligió la otra combinación de palabras para emitir en voz alta).
pero... na, dale. vení acá, me dijo. y me sopapeó otra vez.
me alejé, esto era una pesadilla. pensé que no podía a esta hora estar acá, con este clavo que no sabe besar, al que no se le para el pito, pero que insiste en cojer.
que horror.
sonreí, y solté lo primero que se me ocurrió: "no me digas que hasta trajiste forros, mi amor".
el pibe no emitió sonido, solo los sacó del pantalón. cuatro traía.
encima de impotente, optimista, pensé. creo que no lo dije.
"a ver, dame uno", le pedí.
me lo dió, todavía, creo, esperanzado.
agarré un marcador y le escribí atrás: con mucho afecto, para el trosko recoletense, belén.
el sopapa miró el preservativo y me miró. yo sonreí, amistosa. el sonrió, con esfuerzo.
te acompaño abajo, le dije. me miró desconcertado. le esquivé un sopapeo póstumo.
me paré con la mano sobre el picaporte de la puerta, a la espera de que se incorporara del sillón.
sigue acá
la tercera parte acá
y la cuarta acá
mientras subíamos los escalones que nos separaban de mi tercer piso por escalera yo ya me habia arrepentido de la invitación. ¿por qué estaba subiendo a mi casa con un pibe que no me cerraba, que no me gustaba? ¿qué estaba haciendo?
se sentó en un sillón. hablamos de pavadas un rato, porque el no parecía decidirse a avanzar, y yo nunca fui buena para dar los primeros pasos.
me suena de vuelta el celular. francisco otra vez: ¿y? contestame che
me reí otra vez.
está todo bien, estamos en casa.
a partir de eso se desarrolló una conversación por wassap que empezó a incomodarle.
che, decile que no moleste, me dijo el sopapa.
"ya le dije que es un goma, pasa que no puede con su genio. es muy chusma"
o está muy preocupado por vos, contestó, seco.
dejé el celular al costado.
le pregunté si quería tomar algo. me dijo que no.
me levanté igual para buscarme un vaso de agua.
cuando volví me agarró de la cintura y me llevó hacia él.
me senté encima. no sentí nada. de nada. nada.
no es tan feo belén, me repetí. no es tan feo.
me incliné sobre él y esperé. ¿como se le dice ahora a los besos cuando apoyas solo los labios en los del otro? ¿picos o es muy noventas? se acercó y me dio eso, un pico.
como sea, nunca me gustaron los picos. es como, que mierda es eso, ¿un beso?, por favor. un beso de tortugas, eso es.
esperé. tal vez había tenido un pequeño acv y pensaba que era una buena manera de calentar la cuestión. se acercó. me dio otro pico.
wtf???
escuché que sonaba mi celular y me dio mas ganas de ver que me escribía alguien random que seguir besando a este flaco.
me volví a acercar; otro pico mas. tome aire y empecé a darle besos por el cuello, lamí su oreja, me acerqué de vuelta a su boca. por fin, la abrió. sentí la música de europe en mi cabeza:
la había abierto al menos.
sin embargo canté victoria demasiado rápido.
nuestras bocas encastraron, como encastran las dos palmas de las manos cuando aplaudís, ¿viste?. pero nada las unió. yo metí, suavemente, mi lengua, pero el no.
me aparté entre sorprendida y risueña. ¿que le pasaba a este tipo? ¿en serio había tenido algún acv o era imbécil naturalmente?.
volvió a acercarse con su boca sin movilizar su lengua. hicimos lo mismo que habíamos hecho dos segundos antes: sopapear.
eso era la definición exacta de lo que hacíamos: no era un beso, era sopapear. nada unía a las dos bocas, no había nada de sexy, ni de sexual, ni siquiera de afectivo o cariñoso. nada. era como que el tipo mecánicamente abría la boca y se quedaba ahí, sin movilizar nada más. como un pescado a la espera de que lo alimenten, abría y cerraba. abría y cerraba.
yo intenté, como pude, salvar la situación. le besé las comisuras, le acaricié el cuello y el pelo, subí dandole pequeños besos de su cuello a sus labios, los recorrí con mi lengua, pero cada vez que el sopapa buscaba intervenir en la situación, con su boca dura, con su lengua tensa, solo sopapeabamos.
sin embargo el sopapa parecía estar pasandola bien, su respiración se aceleraba e insistía una y otra vez con buscar mi boca con sus labios y sopapear al compás.
yo estaba incómoda, incomodísima. me moví de la posición en la que estaba y noté que, justamente, no notaba nada. nada de nada.
tuve un lapsus, y recordé a mi amiga a.- cuando le dije que iba a salir con el sopapa. me pidió que le pasara el perfil de face y estuvo mirando las fotos. me copió y pegó en el chat una en la cual el sopapa estaba parado con dos chicas rubias, y una maya ridículamente corta, era casi un boxer ajustado.
"¿qué tiene?", recuerdo que le pregunté.
nada, eso tiene. no se le nota nada, me dijo a.-
me moví un poco sobre sus piernas, nada. eso tiene, no se le notaba nada.
me puse de pie y me senté sobre él, pero de espaldas digamos. mi culo estaba en contacto directo con su zona. me acomodé dos, tres veces. busqué sentir, aunque sea un poco su miembro. nada.
el sopapa, ajeno totalmente a mi búsqueda con mis posaderas, seguía insistiendo en sopapearme.
en algún momento de la noche me harté, eran las 4 am y yo trabajaba al otro día. me paré, le dije que era tarde, que tenía que dormir.
pero, ¿cómo?, ¿no vamos a cojer?, preguntó el sopapa, consternado. cuasi indignado, te diría.
"no, te dije que no ibamos a cojer", le dije sorprendida. (si no tenés el pito parado, ¿cómo pretendés cojerme?, pensé también, pero mi cerebro eligió la otra combinación de palabras para emitir en voz alta).
pero... na, dale. vení acá, me dijo. y me sopapeó otra vez.
me alejé, esto era una pesadilla. pensé que no podía a esta hora estar acá, con este clavo que no sabe besar, al que no se le para el pito, pero que insiste en cojer.
que horror.
sonreí, y solté lo primero que se me ocurrió: "no me digas que hasta trajiste forros, mi amor".
el pibe no emitió sonido, solo los sacó del pantalón. cuatro traía.
encima de impotente, optimista, pensé. creo que no lo dije.
"a ver, dame uno", le pedí.
me lo dió, todavía, creo, esperanzado.
agarré un marcador y le escribí atrás: con mucho afecto, para el trosko recoletense, belén.
el sopapa miró el preservativo y me miró. yo sonreí, amistosa. el sonrió, con esfuerzo.
te acompaño abajo, le dije. me miró desconcertado. le esquivé un sopapeo póstumo.
me paré con la mano sobre el picaporte de la puerta, a la espera de que se incorporara del sillón.
Se me cae un lagrimon al leer como la remabas y el sopapa no activaba nada.
ResponderEliminarsalud
Wilkinson Martinez
poco amor propio para entregarte a esa palometa.
ResponderEliminar¿cómo entró tamaña frase en el forro?
ResponderEliminarque tipo de hombre quiere cojer con la pija muerta!?!?!?
ResponderEliminarLa descripción de los besos me dio tanto asco que me inhibió de calentarme por 24 horas
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