uno de los proyectos de este blog era contar, de atrás pa adelante, acerca de los hombres de mi vida (muchos de los cuales ya retraté y ustedes recordaran). debido a que soy historiadora y medio obse, había decidido hacerlo cronológicamente.
ese proyecto tenía un prologo
un primer capítulo, el primero de todos mis hombres
y un segundo capítulo, donde dos hombres pelean por mí
hay muchos hombres ANTES de febo el efebo. pero hoy me acordé de él, y se me cantó contarlo. (ni yo misma me obedezco, no me imagino como saldrán mis hijos... pobres).
asique hacemos un salto generacional y nos ubicamos en capital, en el año 2011. ya hechas las aclaraciones pertinentes, pueden continuar.
era el culo mas bello de puan.
así estaba catalogado por todas las féminas de la facultad.
pero el tipo no era solo un culo, no señor.
el tipo era la suma de sus partes. era el conjunto. era febo, el dios apolo. era el sol, el mar, las estrellas sucundum sucundum.
habíamos cursado un par de materias juntos, pero pedo. nada, cero. yo no soy muy simpática para hacer sociales, y él mas allá de saludarme cuando entraba al aula seguido por su séquito de feromonas femeninas no hacía mucho. y es que a mi, el cancherito me va, pero no el carilindo porteño que la tiene clara. ese me la soba, digamos. me la seca, para ser mas específica. (no tanto)
un día me agregó al face y me resultó extraño; me pregunté de donde sabría mi nombre, ¿no?.
hablamos un par de veces pero no mucho más. no me gustan los dioses, y menos rubios. asique pedo. además mi actitud hacia el sexo masculino es pasiva completamente. nunca levanto, no se como se hace, no se me ocurre, no es mi área. en general, la gente me levanta a mi. (inés diría que nunca elijo yo y que eso implica una vez más una falta de deseo a considerar; siempre espero a que me elijan y de ahí veo mas o menos, nunca una actitud pro activa. me pregunto si inés además de psico estudió recursos humanos o alguna boludez así).
un día de mucho calor, estaba yo con dos trencitas sentada en una mesa de las que hay a la entrada de puan. conmigo, mi mochila.
el efebo salió por la puerta y yo vislumbré su punto mas alto (su culo, claro está). en ese preciso momento el se da cuenta de mi presencia y vuelve sobre sus pasos. me puse colorada, ¿me habrá visto mirarle el culo? que vergüenza, una chica respetable como yo.
febo el efebo.- bel, ¿no saludás?
belén (con la culpa carcomiendole por el usufructo que había perpetuado de las posaderas del caballero rubio).- ehhh hola
febo.- ¿qué hacés?
belén.- ehhh nada
efebo (se acerca demasiado y me tironea de una de las trenzas).- que hacés trencitas, decime dale.
belén (sintiendo un calor incómodo que no suele sentir porque es medio frigi; no digas ehhhh otra vez que va a pensar que no tenés masa encefálica pelotuda).- ehhhh
febo.- ...
belén (dale idiota, vos podés).- estemmmm
efebo (se acerca una vez más, me tironea la otra trenza y se sienta a mi lado).- ¿me puedo sentar con vos?
belén (si, quiero).- ahhh, si...
febo (sonriendo).- que chiquita que sos.
belén.- ehhh... si, pasa... (¿¿¿¿si, pasa???? ¿¿que te pasa a vos enferma mental??? ¿desde cuando tu cerebro está en coma, mogolica del orto???)
efebo.- mirá, mi mochila es mas grande que vos casi.
belén.- jejeje (si, cojamos, dale, ya)
febo.- cuchame, ¿querés que vayamos a tomar algo?
belén (¿yo? ¿a mi? ¿yo yo? ¿estás seguro? ehhh, o sea, ¿yo?).- ehhhh... no (¿¿¿¿no??? ¿¿¿dijiste que no???)
efebo (visiblemente sorprendido).- ¿no?
belén (pelotudaaaaaaaaa).- ehhh, no, prefiero que no (¿ehhhh???¿¿¿prefiero???)
febo.- ...
belén.- ...
efebo.- ...
belén.- bueno, chau
febo.- ¿chau?
belén (desaparecé, desintegrate, chau chau adios).- ehhh, si.
efebo.- ¿a dónde vas?
belén.- ehhhh, por ahí
febo.- ¿donde?
belén.- lejos tuyo (¿dije eso en voz alta? ¿en serio?)
efebo.- ¿eh? ¿por?
belén.- es que es el sol, me ponés incómoda.
febo (larga una carcajada).- ¿qué sol? vos estás de la nuca.
belén.- si. chau.
efebo.- chau belén. tas linda.
di media vuelta y medio mareada rumbié hacia las escaleras. un silbido penetrante me hizo darme vuelta.
febo.- nos vemos prontito, personaje. y si es con trencitas mejor.
muerta de horror subí las escaleras de dos en dos (para alguien de mi tamaño, es toda una hazaña). me metí en el baño y me miré al espejo. coloradísima estaba ahí, del otro lado, con cara de espantada. me pasé la mano por el cuello y sentí los latidos acelerados de mi corazón. pajera de mierda, pensé.
ese día descubrí que yo también tenía feromonas. y que habían estado acechando todo este tiempo para, tras 25 años de convivencia, hacerme un piquete frente al pibe mas lindo de la facultad.
me lavé la cara y salí del baño con toda la dignidad que me fue posible.
al menos no me largué a llorar enfrente de él, pensé; vos siempre podés hacerlo peor. bien belén, bien.
ese proyecto tenía un prologo
un primer capítulo, el primero de todos mis hombres
y un segundo capítulo, donde dos hombres pelean por mí
hay muchos hombres ANTES de febo el efebo. pero hoy me acordé de él, y se me cantó contarlo. (ni yo misma me obedezco, no me imagino como saldrán mis hijos... pobres).
asique hacemos un salto generacional y nos ubicamos en capital, en el año 2011. ya hechas las aclaraciones pertinentes, pueden continuar.
era el culo mas bello de puan.
así estaba catalogado por todas las féminas de la facultad.
pero el tipo no era solo un culo, no señor.
el tipo era la suma de sus partes. era el conjunto. era febo, el dios apolo. era el sol, el mar, las estrellas sucundum sucundum.
habíamos cursado un par de materias juntos, pero pedo. nada, cero. yo no soy muy simpática para hacer sociales, y él mas allá de saludarme cuando entraba al aula seguido por su séquito de feromonas femeninas no hacía mucho. y es que a mi, el cancherito me va, pero no el carilindo porteño que la tiene clara. ese me la soba, digamos. me la seca, para ser mas específica. (no tanto)
un día me agregó al face y me resultó extraño; me pregunté de donde sabría mi nombre, ¿no?.
hablamos un par de veces pero no mucho más. no me gustan los dioses, y menos rubios. asique pedo. además mi actitud hacia el sexo masculino es pasiva completamente. nunca levanto, no se como se hace, no se me ocurre, no es mi área. en general, la gente me levanta a mi. (inés diría que nunca elijo yo y que eso implica una vez más una falta de deseo a considerar; siempre espero a que me elijan y de ahí veo mas o menos, nunca una actitud pro activa. me pregunto si inés además de psico estudió recursos humanos o alguna boludez así).
un día de mucho calor, estaba yo con dos trencitas sentada en una mesa de las que hay a la entrada de puan. conmigo, mi mochila.
el efebo salió por la puerta y yo vislumbré su punto mas alto (su culo, claro está). en ese preciso momento el se da cuenta de mi presencia y vuelve sobre sus pasos. me puse colorada, ¿me habrá visto mirarle el culo? que vergüenza, una chica respetable como yo.
febo el efebo.- bel, ¿no saludás?
belén (con la culpa carcomiendole por el usufructo que había perpetuado de las posaderas del caballero rubio).- ehhh hola
febo.- ¿qué hacés?
belén.- ehhh nada
efebo (se acerca demasiado y me tironea de una de las trenzas).- que hacés trencitas, decime dale.
belén (sintiendo un calor incómodo que no suele sentir porque es medio frigi; no digas ehhhh otra vez que va a pensar que no tenés masa encefálica pelotuda).- ehhhh
febo.- ...
belén (dale idiota, vos podés).- estemmmm
efebo (se acerca una vez más, me tironea la otra trenza y se sienta a mi lado).- ¿me puedo sentar con vos?
belén (si, quiero).- ahhh, si...
febo (sonriendo).- que chiquita que sos.
belén.- ehhh... si, pasa... (¿¿¿¿si, pasa???? ¿¿que te pasa a vos enferma mental??? ¿desde cuando tu cerebro está en coma, mogolica del orto???)
efebo.- mirá, mi mochila es mas grande que vos casi.
belén.- jejeje (si, cojamos, dale, ya)
febo.- cuchame, ¿querés que vayamos a tomar algo?
belén (¿yo? ¿a mi? ¿yo yo? ¿estás seguro? ehhh, o sea, ¿yo?).- ehhhh... no (¿¿¿¿no??? ¿¿¿dijiste que no???)
efebo (visiblemente sorprendido).- ¿no?
belén (pelotudaaaaaaaaa).- ehhh, no, prefiero que no (¿ehhhh???¿¿¿prefiero???)
febo.- ...
belén.- ...
efebo.- ...
belén.- bueno, chau
febo.- ¿chau?
belén (desaparecé, desintegrate, chau chau adios).- ehhh, si.
efebo.- ¿a dónde vas?
belén.- ehhhh, por ahí
febo.- ¿donde?
belén.- lejos tuyo (¿dije eso en voz alta? ¿en serio?)
efebo.- ¿eh? ¿por?
belén.- es que es el sol, me ponés incómoda.
febo (larga una carcajada).- ¿qué sol? vos estás de la nuca.
belén.- si. chau.
efebo.- chau belén. tas linda.
di media vuelta y medio mareada rumbié hacia las escaleras. un silbido penetrante me hizo darme vuelta.
febo.- nos vemos prontito, personaje. y si es con trencitas mejor.
muerta de horror subí las escaleras de dos en dos (para alguien de mi tamaño, es toda una hazaña). me metí en el baño y me miré al espejo. coloradísima estaba ahí, del otro lado, con cara de espantada. me pasé la mano por el cuello y sentí los latidos acelerados de mi corazón. pajera de mierda, pensé.
ese día descubrí que yo también tenía feromonas. y que habían estado acechando todo este tiempo para, tras 25 años de convivencia, hacerme un piquete frente al pibe mas lindo de la facultad.
me lavé la cara y salí del baño con toda la dignidad que me fue posible.
al menos no me largué a llorar enfrente de él, pensé; vos siempre podés hacerlo peor. bien belén, bien.
Yo que vos, me hacia las trencitas todos los días después de tan digna charla..
ResponderEliminarSi no lo enamoraste después de eso, no sé que pasó.
Es que a los que nos gusta levantar a otros (o sea, que tenemos ese deseo irrefrenable de demostrar que nos calienta, nos conmueve, nos hace caer en el insomnio la presencia de otro en nuestras vidas) el hecho que te hayas ido mareada de deseo, Belén...al pibe ese lo dejaste dando vueltas y vueltas. Aunque vos te hayas sentido patética.
El ansia de conquista, después de alguien que esquivó pero que se sabe inexorablemente seducido....es infinita. Yo que el pibe, no frenaba ahi.
Ahora, lo que si no te creo, es lo del pibe más lindo de la facu. No hay chicos lindos en puán. O no me los cruzo o los tenes debajo de tu cama, querida, largá un par para refutar mi teoría.
Anónima V
Me elogiaban mucho el culo en la secundaria. Me lo llegó a elogiar la chica que me gustaba, que por otro lado tenía un gran culo. Después ya nadie reparó mucho en él, y menos en Puan, buh. Ta bueno el recurso de insultarte a vos misma entre paréntesis, me hace acordar a El Asco de Agrimbau.
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