mis padres fueron radicales, yo soy peronista, lo de progre vino por default. no entiendo lo de guardar secretos y siempre lloro en todas las sesiones con mi analista así siento que no desperdicio 700 pé. mi último gran descubrimiento es que soy una discapacitada vincular. lo específico nunca fue mi fuerte, amo odiarme y te juro que soy mejor con la cara en movimiento.

la unica diferencia entre la realidad y la ficción es que la ficción debe ser verosímil .- mark twain

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dijo de belén el caricaturista historiador bobrow: "el idiolecto de la autora de este blog asume todos los tópicos culturales más políticamente incorrectos de occidente sin por ello asumir su carga ideológica".

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sábado, 27 de abril de 2013

febo el efebo y yo/7 o tenemos que hablar

primera parte
segunda
tercera
cuarta
quinta
sexta

caminamos hablando de cualquier cosa hasta un restaurante. nos sentamos en una mesa al lado de la ventana. me saqué la campera y me sentí mal vestida, otra vez. siempre me pasa esto, que mierda. el traía una camisa preciosa, azul con rayas finitas. se había arreglado, estaba de punta en blanco, y yo parecía de entrecasa. nota mental: nunca aprendo, la última vez que salí con un pibe (hace una semana) me sentí mal vestida otra vez. la historia de mi vida, en fin.

nos sentamos y pedimos una pizza. la charla fluía, pero lentamente. parecía querer decir algo, pero no.
belén.- ¿qué te pasa? ¿de qué querías hablar?
febo.- nada, de nada.
belén.- decime, dale.
efebo.- le temo a tu cuchillo.
le hice ojitos como única respuesta. se rió, y de pronto se puso serio.
efebo.- hoy se cumple un mes de lo de mi hermano.
belén.- ah...
febo.- y... no se. quería charlar con alguien.
belén.- ...
efebo.- y me di cuenta de que no tenía con quien.
belén.- ...
febo.- y no se. pensé en vos.
belén.- lo malo y lo bueno de la vida a la vez es que todo pasa, hasta lo peor.
efebo.- ...
belén.- se que... que uno piensa que está mal seguir viviendo sin el otro. que está mal volver a reírte  o a sentirte bien, o a ser feliz, o simplemente, seguir. es feo seguir sin el otro. pero no hay muchas opciones. la vida te arrastra, viste.
febo.- sabés que de toda la gente que... que me escribió cuando... cuando pasó... la única que dijo algo con sentido fuiste vos.
belén.- no importa mucho lo que digan. importa que quieren decirte algo que te haga sentir mejor, aunque no funcione.
efebo.- si, ya se. pero dicen mierda.
belén.- si.
febo.- ...
belén.- a mi me pasó que... que decidí que nunca más iba a ser feliz. me parecía... obsceno, ser feliz sin ella. un despropósito, viste. nunca nadie me iba a volver a querer así, yo nunca iba a significar eso para nadie, nunca más... nunca iba a querer a nadie como a ella. y... y decidi, concientemente, que si ella no estaba yo no podía ser feliz otra vez. que no, que no me lo merecía, que no podía ser feliz sin mi mamá. estuve muchos años así.
efebo.- ¿y que pasó?
belén.- un día me levanté, después de dos años, y sentí que no podía seguir así. o... no se, me mataba o decidía estar mejor. pero tenia que dejar de tener lastima por mi.
febo.- ¿y estas mejor?
belén.- a veces.
efebo.- ...
belén.- es cierto. lo del tiempo. de pronto te olvidás como era cuando estaba. deja de ser una sensación real y... y nada, te acostumbrás a que no esté. y es horrible. pero es lo que te permite seguir.
me miró y los ojos se le llenaron de lagrimas. la tristeza no parecía ser un sentimiento plausible en el efebo luminoso, pero estaba ahí, sin sentido, con el sonido ambiente de fondo, la gente charloteando, el ruido de cubiertos, las risas del afuera. bajó la vista y yo aparté la mirada y me concentré en la ventana. estudié a la gente que pasaba. señoras paquetas que iban al teatro y cartoneros se sucedían en continuidad. pensaba que que solos que estamos todos. que que sola estoy yo. que que.
febo le pagó al mozo y se levantó. yo seguía mirando por la ventana sin ver, hipnotizada en la nada. me agarró de la muñeca, esta vez suavemente y tiró. me levanté sin mirarlo y me puse la campera.
cuando abrimos la puerta el frío nos golpeó la cara. de pronto sentí que el trance se habría roto, que estaba viva de nuevo. al grito de: ¡el que llega primero gana! corrí las dos cuadras que nos separaban del cine al que ibamos.



efebo me ganó, claramente. es una constante de mierda en mi vida: a mi los hombres nunca me dejan ganar. y después la gente me pregunta por qué no puedo ser feliz, vos fijate.

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