llegué tarde, trastabillando y transpirada, a la primera clase.
abrí la puerta y la cerré demasiado fuerte.
35 pares de ojos voltearon para mirarme.
me sequé la transpiración de la frente (el flequillo y la humedad son una de esas combinaciones bien pésimas, viste, como la barba candado con la musculosa blanca o un peronista nacido en recoleta) y me quedé parada ahí, expectante, hasta que el profesor retomó el hilo de la conversación.
estaba ahí, en mi primer día de clase en la di tella, becada, transpirada y llegando 50 minutos tarde. todo parte de mi encanto.
busqué una silla cercana y me senté.
me saqué la campera de jean y me acomodé el flequillo como pude.
profesor.- ¿su nombre, señorita?
belén.- ehhh, mi nombre... belén.
profesor.- cuéntenos de usted.
belén.- ...
profesor.- que hace, que espera, que le interesa, a que vino.
belén.- ahhh. es que... si, soy de historia, y me interesa la historia.
profesor.- me imagino.
belén.- me recibí el año pasado... me interesa el peronismo...
profesor.- bien bien, acomódese tranquila.
hice un paneo rápido por la sala. de 35 personas, 20 debían de ser mayores de 45. de las 15 restantes, 9 eran minas y el resto tipos mehh.
maldije en voz baja. ni eso de estímulo. pfff.
de pronto se abre la puerta y aparece en escena ÉL (no, no es kirchner).
camisa con corbata semi anudada, zapatillas de lona y pantalón de vestir. el pelo desordenado le daba ese toque de clase que lo distinguía. no debía de tener mas de 30.
ÉL.- ¿esto es la maestría de historia?
profesor.- si. ¿tu nombre?
ÉL.- fabricio.
profesor.- ¿y qué haces fabricio?
ÉL.- soy profe de historia.
profesor.- esta bien, acomodate.
hace un paneo general a la clase. se queda 20 segundos parado en la puerta.
yo, con la mirada hacia el frente y haciéndome la que no me interesaba para nada, solo podia pensar elegime elegime elegime porfa porfa porga aca aca aca mirame mirame mirame yo yo yo
ÉL se acerca. me muerdo el labio, ya casi. ya casi. que no se note belén, que no se note. respirá normal, pensá fuerte, deseá a full. las tarjetas con brillantina y rinconcito de luz tienen y tuvieron éxito porque alguna vez la tenían que pegar.
ÉL.- disculpá, ¿me puedo sentar acá?
abrí la puerta y la cerré demasiado fuerte.
35 pares de ojos voltearon para mirarme.
me sequé la transpiración de la frente (el flequillo y la humedad son una de esas combinaciones bien pésimas, viste, como la barba candado con la musculosa blanca o un peronista nacido en recoleta) y me quedé parada ahí, expectante, hasta que el profesor retomó el hilo de la conversación.
estaba ahí, en mi primer día de clase en la di tella, becada, transpirada y llegando 50 minutos tarde. todo parte de mi encanto.
busqué una silla cercana y me senté.
me saqué la campera de jean y me acomodé el flequillo como pude.
profesor.- ¿su nombre, señorita?
belén.- ehhh, mi nombre... belén.
profesor.- cuéntenos de usted.
belén.- ...
profesor.- que hace, que espera, que le interesa, a que vino.
belén.- ahhh. es que... si, soy de historia, y me interesa la historia.
profesor.- me imagino.
belén.- me recibí el año pasado... me interesa el peronismo...
profesor.- bien bien, acomódese tranquila.
hice un paneo rápido por la sala. de 35 personas, 20 debían de ser mayores de 45. de las 15 restantes, 9 eran minas y el resto tipos mehh.
maldije en voz baja. ni eso de estímulo. pfff.
de pronto se abre la puerta y aparece en escena ÉL (no, no es kirchner).
camisa con corbata semi anudada, zapatillas de lona y pantalón de vestir. el pelo desordenado le daba ese toque de clase que lo distinguía. no debía de tener mas de 30.
ÉL.- ¿esto es la maestría de historia?
profesor.- si. ¿tu nombre?
ÉL.- fabricio.
profesor.- ¿y qué haces fabricio?
ÉL.- soy profe de historia.
profesor.- esta bien, acomodate.
hace un paneo general a la clase. se queda 20 segundos parado en la puerta.
yo, con la mirada hacia el frente y haciéndome la que no me interesaba para nada, solo podia pensar elegime elegime elegime porfa porfa porga aca aca aca mirame mirame mirame yo yo yo
ÉL se acerca. me muerdo el labio, ya casi. ya casi. que no se note belén, que no se note. respirá normal, pensá fuerte, deseá a full. las tarjetas con brillantina y rinconcito de luz tienen y tuvieron éxito porque alguna vez la tenían que pegar.
ÉL.- disculpá, ¿me puedo sentar acá?
que pajera
ResponderEliminarTranspiras con olor a chivo?o zafa...¿?
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