cuando era chica (bha, más tirando a adolescente) pensaba mucho en la muerte. no en suicidarme (siempre me quise mucho, como que no daba) sino en el no ser. me daba miedo morirme y aburrirme (graciosamente no percibía lo ilógico de la idea).
el proceso de la muerte empieza antes que la muerte en si. pasa que uno no se da cuenta porque esta ensimismado en la necesidad de seguir viviendo, de hacer que las cosas sigan siendo como siempre, de que no se note. pero hay un momento bastante claro en donde empieza el proceso: la persona habla cada vez menos, duerme más; ya no se ríe. el cansancio se adueña de todo.
puedo identificar el momento en que empezaste a morirte porque nos llenamos de silencios. hasta la más breve sonrisa te costaba muchísimo; empezaste a preferir estar sola a estar conmigo. y yo, como siempre que no entiendo algo, me enojaba.
tres semanas antes todo se volvió silencio; empezabas a morirte sin avisarme, y yo, otra vez, no (te) entendía.
me acuerdo de tu última carcajada. fue una semana antes. íbamos en un auto y aunque me esfuerzo no puedo recordar que te dije pero me miraste, por primera vez en semanas, te sonreíste y la largaste. me volvió el alma al cuerpo y decidí que estabas mejor, que todo estaba bien, de nuevo. que íbamos a estar bien, que me veías.
sin embargo fue algo efímero, esa noche volvió el silencio. volviste a estar sin mi.
te estabas yendo y no me daba cuenta. y me enojaba porque pensaba que ya no querías estar conmigo, y trataba de que quisieras. yo quería que quisieras.
y en realidad ya no podías.
hoy fui a hacer un trámite a uriburu 950 para empezar con el tema del título. tuve toda la mañana una sensación extraña, como de malestar. pensé que era el mal humor por la humedad, la espera, la gente, el calor. cuando terminé, crucé paraguay y me encontré con un bar en una esquina. y ahí me acordé. la última vez que estuve en uriburu 950 fue cuando recién me vine a vivir acá, y vos me acompañaste. teníamos que hacer la legalización del título secundario y estabas contenta: tu nena se venía a estudiar, que orgullo. yo estaba de mal humor, para variar. por la humedad, la espera, la gente, el calor. almorzamos ahí, en ese bar. nos sentamos en una esquina, abajo de un cuadro horrible y hacías chistes malisimos, de esos que solo te hacían reír a vos, y te reías. yo te miraba cansadamente, y vos intentabas explicarme la gracia del chiste y te volvía a causa, y me hacías enojar. mamá, basta, ya lo entendí, es malísimo, por eso no me río, no me causa. me acuerdo que mis enojos por tu pesadez siempre te hacían gracia y te reías más, y más, y terminabas llorando de la risa. a mi me dabas vergüenza y te decía que eras una papelonera, que la cortes que nos miraba todo el restaurante.
cuando alguien se muere, los primeros días, semanas, incluso el primer año es todo extraño. hacer las cosas, vivir, tiene como una sensación de pesadez indescriptible. no te podés sacar la idea de que es la primera vez que hacés algo sin el otro. la primera vez que limpiás la casa, la primera vez que cambiás de lugar un mueble, el primer cumpleaños. son como pequeñas ceremonias depresivas, pequeños movimientos intrascendentes que te dan la pauta de que ya está, de que nunca más.
después se pasa la vida. y ya nada es la primera vez sin vos, sobre todo después de cuatro años.
hasta hoy.
el proceso de la muerte empieza antes que la muerte en si. pasa que uno no se da cuenta porque esta ensimismado en la necesidad de seguir viviendo, de hacer que las cosas sigan siendo como siempre, de que no se note. pero hay un momento bastante claro en donde empieza el proceso: la persona habla cada vez menos, duerme más; ya no se ríe. el cansancio se adueña de todo.
puedo identificar el momento en que empezaste a morirte porque nos llenamos de silencios. hasta la más breve sonrisa te costaba muchísimo; empezaste a preferir estar sola a estar conmigo. y yo, como siempre que no entiendo algo, me enojaba.
tres semanas antes todo se volvió silencio; empezabas a morirte sin avisarme, y yo, otra vez, no (te) entendía.
me acuerdo de tu última carcajada. fue una semana antes. íbamos en un auto y aunque me esfuerzo no puedo recordar que te dije pero me miraste, por primera vez en semanas, te sonreíste y la largaste. me volvió el alma al cuerpo y decidí que estabas mejor, que todo estaba bien, de nuevo. que íbamos a estar bien, que me veías.
sin embargo fue algo efímero, esa noche volvió el silencio. volviste a estar sin mi.
te estabas yendo y no me daba cuenta. y me enojaba porque pensaba que ya no querías estar conmigo, y trataba de que quisieras. yo quería que quisieras.
y en realidad ya no podías.
hoy fui a hacer un trámite a uriburu 950 para empezar con el tema del título. tuve toda la mañana una sensación extraña, como de malestar. pensé que era el mal humor por la humedad, la espera, la gente, el calor. cuando terminé, crucé paraguay y me encontré con un bar en una esquina. y ahí me acordé. la última vez que estuve en uriburu 950 fue cuando recién me vine a vivir acá, y vos me acompañaste. teníamos que hacer la legalización del título secundario y estabas contenta: tu nena se venía a estudiar, que orgullo. yo estaba de mal humor, para variar. por la humedad, la espera, la gente, el calor. almorzamos ahí, en ese bar. nos sentamos en una esquina, abajo de un cuadro horrible y hacías chistes malisimos, de esos que solo te hacían reír a vos, y te reías. yo te miraba cansadamente, y vos intentabas explicarme la gracia del chiste y te volvía a causa, y me hacías enojar. mamá, basta, ya lo entendí, es malísimo, por eso no me río, no me causa. me acuerdo que mis enojos por tu pesadez siempre te hacían gracia y te reías más, y más, y terminabas llorando de la risa. a mi me dabas vergüenza y te decía que eras una papelonera, que la cortes que nos miraba todo el restaurante.
cuando alguien se muere, los primeros días, semanas, incluso el primer año es todo extraño. hacer las cosas, vivir, tiene como una sensación de pesadez indescriptible. no te podés sacar la idea de que es la primera vez que hacés algo sin el otro. la primera vez que limpiás la casa, la primera vez que cambiás de lugar un mueble, el primer cumpleaños. son como pequeñas ceremonias depresivas, pequeños movimientos intrascendentes que te dan la pauta de que ya está, de que nunca más.
después se pasa la vida. y ya nada es la primera vez sin vos, sobre todo después de cuatro años.
hasta hoy.
Muy lindo.
ResponderEliminargracias.
Eliminardejá de boludear y ponete a estudiar. yo puedo boludear porque estoy en argentina, vos no. ENSIMA QUE TE PAGAMOS LA CARRERA CON LA PLATA DE MIS IMPUESTOS ESTE PAIS ESTA LLENO DE BAGOS DE MIERDA QUE SE VAN AL CARAJO PORQUE NO QUIEREN LABURAR SENIORA KRETINA AGA ALGO POR FABOR GRASIAS POR ESCUCHARME.
pd: te contesté.
Me paga el gobierno italiano.
EliminarQue se joda Monti. Encima son la una casi, laburé todo el día y estoy engripado.
Basta.
ah, bueno, entonces si pues si.
Eliminarahora quiero saber de la siciliana violenta. no podés tirarme la puntita y dejarme asi. soy lo mas chusma del planeta tierra (o sea, chusmeo hasta a los desconocidos en italia, fijate vos).
me cae bien que no quieras ser abogado. en general los abogados me caen mal. aunque sos anti k, o sea que un poco mal seguis cayendome. fijate como haces para remediarlo.
Bueno, siempre estoy dispuesto a escuchar y tratar de aprender del de la otra vereda (aunque sea trotsko de la IV Internacional).
EliminarEso y casi siempre encuentro algún link para bajarse films por internet.
Ah, la siciliana. Ok, digamos que salí con varios moretones, de esos bien violetas y que dolian una barbaridad (amen de durar varias semanas). Encima era mucho mas grandota que yo y la huida era complicada. Estuvo a punto de hacerme encontrar mi punto G, como decías por ahí.
EliminarEso habrá sido como a las dos semanas de haber llegado. Ahora me explico porqué no salgo tanto.
Al menos no mordió.
jajaja, films? quien les dice asi a las peliculas? sos raro.
Eliminartodo eso en el proceso del coito? dios, que espanto. si hay algo que no me va (bueno, no me van muchas cosas) pero especialmente en el sexo es la onda sado.
(Antes de dejarme de boludear y ponerme a estudiar) Efectivamente, soy o hablo raro o las dos cosas. No es afectación, me sale así y cuando me doy cuenta es tarde. Todo durante la cópula nomas y ciertamente "recibir" fue medio un espanto. Igual fue una experiencia... interesante, supongo.
EliminarNada, beso.
cópula. jaja.
Eliminar¿la viste más de una vez?
No, fue cosa del (violento) momento y de la euforia del recién llegado. Tal hubiera dado seguir, no se.
EliminarEn fin, al menos tuve los golpes de recuerdo.
¿te cagó a palos y no te quiso volver a ver? ¿que hiciste tan mal?
EliminarCreo que nada. Fue algo de una sola noche y nada mas. Tipo "Benvenutto all'Italia!"
EliminarDolio leerlo. Quise poner algo mejor, pero me salio un "me gusta" en facebook.
ResponderEliminarque te guste es más que suficiente.
Eliminarabrazo jorge.
cuando fallecio mi abuela, yo tenia 4 años y no lo podia creer hasta que entre a su pieza y vi que no estaba acostada. Me tire en el lugar donde ella dormia y me hundi entre las frazadas.
ResponderEliminartres años despues, mi abuelo, el marido de esta mujer, tambien se fue. Me acuerdo a mi mama cambiandose a las apuradas despues de haber preparado unas tostadas para el desayuno y diciendo "mi papa no se despierta, mi papa no se despierta". Mi abuelo me regalaba kinder sorpresas cada vez que iba a la casa y por culpa de el me llamo brian, porque brian iba a ser mi segundo nombre. El primero iba a ser Jonathan, pero mi abuelo dijo "sheraton" y ahi decidieron que era mejor cambiarlo.
y el dia antes que mi papa tambien falleciera, el me habia prometido irme a ver jugar al basket el sabado que estaba llegando.
Para mi la muerte siempre fueron esas 3 cosas: una cama vacia, un kinder que nunca tuve y un partido en el nunca pude mostrarle a alguien lo mal que juego.
no se.
beso.
brian.
lo bueno es que sabemos que no hay nada que decir.
Eliminarbesote.
http://i.imgur.com/uEYBK.jpg
ResponderEliminarLa verdad me pareció muy tierno; además interesante, nunca tuve esa perspectiva del duelo ajeno. Gracias.
yo no soy tierna. soy re machota.
EliminarNo te cree nadie, petisa
EliminarY aún así, te seguís ganando abrazos gratis. Igual que el ungepatchged de más arriba.
EliminarAlgún día les debo un tinto; a vos un par, porque sos re machota (?) y al gantse majer de arriba porque me acabo de dar cuenta de que lo leía hace un tiempo
creeme. ahora lo puse en las etiquetas y todo. mala mala mala eres.
EliminarMuy lindo, la verdad.
ResponderEliminarvos sos como mis alumnitos que se copian de lo que dijo el de al lado? (el de arriba, en este caso) jaja.
Eliminar¡Qué profundo! Lo bueno es que las ausencias se pueden llenar de alguna manera recordando. La muerte deja esa sensación de vacío, tan fría.
ResponderEliminarYo siempre recuerdo a una de mis tías favoritas que falleció de cancer, recuerdo ese abrazo que me dió en la última Navidad y que yo sentía que era el último. Esa consciencia a los 16 años de que hay cosas que se van y no podes hacer nada por deterlas o retenerlas.
PD: Para cambiar el tono melodrámatico con este post tenés como demostrarle a esos anonimos odiosos que sí tenés sentimientos.
Un abrazo!
la muerte es el único limite. es bueno tenerlo presente.
Eliminarpd: putos.
Me hacés pensar en algo que siempre me movió: las personas pasamos, los lugares quedan, y quién sabe quién pasó por donde uno está pisando.
ResponderEliminarSiempre temí a la muerte de los demás y no a la mía. Una posición cobarde, me voy antes y no tengo que ver como ellos se van.
Igual nos vamos todos: es fácil olvidar eso.
Es increíble que lo puedas escribir y no lo esquives como hacemos otros.
Eso es mucho más de machota que de tierna jaja
Y respuesta a tu pregunta: no, no planeo hacerlo por ahora.
viste, yo te dije. soy re machota.
Eliminarno recuerdo que te pregunté. ¿era algo sexual? ¿o solo si estabas bueno?