hoy hice el viaje en colectivo mas largo de toda mi historia en capital federal. viajé para volver a mi casa dos horas y media.
pero más vale empezar desde el principio, porque empezar anticipando el final no está del todo bien, supongo, pensándolo desde códigos literarios. o tal vez si, quien sabe.
el 15 es mi colectivo favorito de la historia mundial de los colectivos capitalinos. no solo porque tomándomelo llego (casi) maomeno bien a las casas de casi todos mis afectos cercanos (bueno, a veces tengo que caminar 15 cuadras, pero es aceptable che) sino porque a la vuelta me deja en casa. me bajo del colectivo y pongo la llave en la puerta, básicamente. por lo tanto, aunque tenga que caminar 20 cuadras hasta una parada que lo cruce, las camino. si supiese hacer poemas le escribiría uno (y eso que me ha dejado muchas noches seguidas tirada, pero no se, ohohooho es un sentimientooo no puedo pararrr). veo un 15 por cualquier lugar de capital y no me importa donde esté, me invade esa felicidad finita de saberte cerca, a pasitos nomás.
resulta que fui a averiguar para empezar una maestría. bastante entusiasmada, además, porque el 15 me dejaba en el lugar y me volvia a dejar en casa, no me importaba que el trayecto fuese de casi una hora, eramos felices, el 15 y yo. me subí con tiempo (cosa que casi nunca hago, porque siempre llego tarde a todos lados) y con los auriculares puestos me dispuse a disfrutar. no se porqué me hicieron bajar antes (el colectivero hizo bajar a todos) y tuve que caminar diez cuadras. no me importó. nada podía ponerme de mal humor hoy.
cuando salí del lugar, bastante contenta por la beca que me habían ofrecido (pero oh dios, que miedo me da tener que planificar mi vida de acá a dos años) caminé hasta av. libertador donde me esperaba mi amado 15. lo vi venir a lo lejos y me felicité por mi suerte, ni esperarlo tuve que. corrí los últimos metros que me separaban de la parada mientras pensaba estupideces del estilo: viste belén, a la gente buena le pasan cosas buenas o es cierto que el pensamiento positivo atrae al buen karma. me entretuve mirando pasar a la ciudad por la ventana (mi hobby preferido es pasearme por capital sin tener que llegar a ningun lado e ir mirando por la ventanilla. siempre digo que bsas solo es linda de desde arriba o con lluvia. me gustaría agregar hoy que buenos aires también es linda mirada desde arriba del colectivo). emocionada con este inusual buen humor que me envolvía, empecé a sonreirle a la gente. ustedes saben que cuando un extraño te sonríe hay solo dos actitudes posibles: devolver timidamente la sonrisa o correr rápidamente la vista como si te hubiesen pescado in fragantti. divertíame yo de esa forma, cuando una viejita de cuento, con el pelo todo blanco y tupido y pollera escocesa se sentó en el asiento al lado del mío. gruesso error, la miré y le sonreí. a partir de ese momento no pude frenar el torrente de palabras que la mujer empezó a sacarse de adentro. empezó afirmando que yo era parecida a su nieta, cecilia, para a los pocos minutos ya estar diciendo que eramos IGUALITAS cecilia y yo, igualitas. quizá cecilia era un poco más alta, pero tenía los mismos ojos, las pestañas largas, los hoyuelos, esa nariz respingada, claro que si. cecilia estudiaba artes, antes, porque en realidad, cecilia se había muerto hace un par de años, pero ahora estaba en mi, ella la veía a través de mi. yo, que calle tengo poca, pero de compartir soledades se bastante, sentí que esta mujer y yo estabamos anudadas. o quizá los colectivos y mirar por las ventanillas me ponen pelotuda, no se. pero cuando uno suele andar solito su alma suele tener cierta percepción para identificar a la gente en posición similar. la viejita seguía hablando y yo empecé a notar con preocupación que el 15 se subía a la autopista, esto no podía estar del todo bien. un poco intranquila, intenté tratar de orientarme a ver si mi nulo sentido cardinal se despertaba o algo, mientras intentaba sonreirle a la viejita y seguir asintiendo con la cabeza. de pronto la señora me agarró de las manos y me empezó a acariciar y les juro que mi necesidad intrínseca de tener abuelas normales se disparó (mis abuelas reales se dividían entre una loca fanática del violeta y la persona más mala que conocí en mi existencia) asique medio que me dejé envolver en las caricias y hasta me plantié que podía incluso adoptarla, ambas nos necesitabamos mutuamente, era una transacción altamente positiva ¿y si me la llevaba conmigo? total estaba sola, nadie se iba a dar cuenta. iba pensando estas idioteces mientras ponía en marcha mi sentido de la negación (que lo tengo, y cada vez está mas entrenado eh) no te tomaste el colectivo para el otro lado belén, tan tarada a estas alturas no podés ser, tranquilizate, todo está bien, pasa que no conocés la zona, capaz que agarra la autopista para acortar camino en av. libertador habia que tomarlo y ahí lo tomaste, está todo bien, concentrate en tu nueva abuela. tras ver que hacía 20 minutos seguíamos por la autopista y que no había señales de que bajásemos hacia ningún lado civilizado, me solté como pude de la abuelita y me acerqué al chofer. hola, te hago una consulta, este es el que va para boedo ¿no? la afirmación en realidad expresaba mi último caudal de negación . el tipo se dio vuelta para mirarme, y tardó unos segundos en contestar. no se si para medir si lo estaba boludeando o para ver como hacía su respuesta menos impactante. no nena, si seguís acá terminás en zarate. ¿no ves que estamos yendo por la panamericana?. mi cara de horror lo endulzó un poco: no te asustes flaca, te bajás en la próxima, cruzas por el puente que cruza y preguntás que te indiquen la otra parada, está por ahí cerca. siempre tenés que preguntar ante la duda, flaquita, sino te van a seguir pasando estas cosas eh, tenés que estar atenta, esto no es como en otros lados eh, si te dormís te despertás en ushuaia, jeje. le agradecí el consejo, posé la vista en mi ex abuela que me miraba expectante, la saludé con la mano desde lejos, y me bajé mientras me sentía la peor traidora del planeta tierra.
crucé el puente, caminé por el borde y encontré la parada del 15, que no tardó casi nada en llegar (es mi día de suerte, pensé burlonamente). me apoltroné en uno de los asientos de atrás y me lamenté de la mugre que había en las ventanillas que no me dejaban ver. intenté abrir la ventana, haciendo esfuerzos exagerados, y no pude. miré a mi alrededor a ver si alguien más había visto mis frenéticos e inútiles intentos por acceder al aire, una chica en el asiento de enfrente me sonrió. yo aparté rápidamente la mirada y me volví a sentar. dormité las siguiente hora, mientras escuchaba música en mi mp3. cuando me desperté, tenía un pibe bastante lindo al lado mío que me sonrió y me dijo con tono burlón: ¿eso que está sonando es ricky martin o me parece a mi?. ofuscada por tanta buena suerte en un día, le gruñi: te parece a vos nomás.
toqué el timbre, el 15 frenó en la parada, me bajé y abrí la puerta de casa.
pero más vale empezar desde el principio, porque empezar anticipando el final no está del todo bien, supongo, pensándolo desde códigos literarios. o tal vez si, quien sabe.
el 15 es mi colectivo favorito de la historia mundial de los colectivos capitalinos. no solo porque tomándomelo llego (casi) maomeno bien a las casas de casi todos mis afectos cercanos (bueno, a veces tengo que caminar 15 cuadras, pero es aceptable che) sino porque a la vuelta me deja en casa. me bajo del colectivo y pongo la llave en la puerta, básicamente. por lo tanto, aunque tenga que caminar 20 cuadras hasta una parada que lo cruce, las camino. si supiese hacer poemas le escribiría uno (y eso que me ha dejado muchas noches seguidas tirada, pero no se, ohohooho es un sentimientooo no puedo pararrr). veo un 15 por cualquier lugar de capital y no me importa donde esté, me invade esa felicidad finita de saberte cerca, a pasitos nomás.
resulta que fui a averiguar para empezar una maestría. bastante entusiasmada, además, porque el 15 me dejaba en el lugar y me volvia a dejar en casa, no me importaba que el trayecto fuese de casi una hora, eramos felices, el 15 y yo. me subí con tiempo (cosa que casi nunca hago, porque siempre llego tarde a todos lados) y con los auriculares puestos me dispuse a disfrutar. no se porqué me hicieron bajar antes (el colectivero hizo bajar a todos) y tuve que caminar diez cuadras. no me importó. nada podía ponerme de mal humor hoy.
cuando salí del lugar, bastante contenta por la beca que me habían ofrecido (pero oh dios, que miedo me da tener que planificar mi vida de acá a dos años) caminé hasta av. libertador donde me esperaba mi amado 15. lo vi venir a lo lejos y me felicité por mi suerte, ni esperarlo tuve que. corrí los últimos metros que me separaban de la parada mientras pensaba estupideces del estilo: viste belén, a la gente buena le pasan cosas buenas o es cierto que el pensamiento positivo atrae al buen karma. me entretuve mirando pasar a la ciudad por la ventana (mi hobby preferido es pasearme por capital sin tener que llegar a ningun lado e ir mirando por la ventanilla. siempre digo que bsas solo es linda de desde arriba o con lluvia. me gustaría agregar hoy que buenos aires también es linda mirada desde arriba del colectivo). emocionada con este inusual buen humor que me envolvía, empecé a sonreirle a la gente. ustedes saben que cuando un extraño te sonríe hay solo dos actitudes posibles: devolver timidamente la sonrisa o correr rápidamente la vista como si te hubiesen pescado in fragantti. divertíame yo de esa forma, cuando una viejita de cuento, con el pelo todo blanco y tupido y pollera escocesa se sentó en el asiento al lado del mío. gruesso error, la miré y le sonreí. a partir de ese momento no pude frenar el torrente de palabras que la mujer empezó a sacarse de adentro. empezó afirmando que yo era parecida a su nieta, cecilia, para a los pocos minutos ya estar diciendo que eramos IGUALITAS cecilia y yo, igualitas. quizá cecilia era un poco más alta, pero tenía los mismos ojos, las pestañas largas, los hoyuelos, esa nariz respingada, claro que si. cecilia estudiaba artes, antes, porque en realidad, cecilia se había muerto hace un par de años, pero ahora estaba en mi, ella la veía a través de mi. yo, que calle tengo poca, pero de compartir soledades se bastante, sentí que esta mujer y yo estabamos anudadas. o quizá los colectivos y mirar por las ventanillas me ponen pelotuda, no se. pero cuando uno suele andar solito su alma suele tener cierta percepción para identificar a la gente en posición similar. la viejita seguía hablando y yo empecé a notar con preocupación que el 15 se subía a la autopista, esto no podía estar del todo bien. un poco intranquila, intenté tratar de orientarme a ver si mi nulo sentido cardinal se despertaba o algo, mientras intentaba sonreirle a la viejita y seguir asintiendo con la cabeza. de pronto la señora me agarró de las manos y me empezó a acariciar y les juro que mi necesidad intrínseca de tener abuelas normales se disparó (mis abuelas reales se dividían entre una loca fanática del violeta y la persona más mala que conocí en mi existencia) asique medio que me dejé envolver en las caricias y hasta me plantié que podía incluso adoptarla, ambas nos necesitabamos mutuamente, era una transacción altamente positiva ¿y si me la llevaba conmigo? total estaba sola, nadie se iba a dar cuenta. iba pensando estas idioteces mientras ponía en marcha mi sentido de la negación (que lo tengo, y cada vez está mas entrenado eh) no te tomaste el colectivo para el otro lado belén, tan tarada a estas alturas no podés ser, tranquilizate, todo está bien, pasa que no conocés la zona, capaz que agarra la autopista para acortar camino en av. libertador habia que tomarlo y ahí lo tomaste, está todo bien, concentrate en tu nueva abuela. tras ver que hacía 20 minutos seguíamos por la autopista y que no había señales de que bajásemos hacia ningún lado civilizado, me solté como pude de la abuelita y me acerqué al chofer. hola, te hago una consulta, este es el que va para boedo ¿no? la afirmación en realidad expresaba mi último caudal de negación . el tipo se dio vuelta para mirarme, y tardó unos segundos en contestar. no se si para medir si lo estaba boludeando o para ver como hacía su respuesta menos impactante. no nena, si seguís acá terminás en zarate. ¿no ves que estamos yendo por la panamericana?. mi cara de horror lo endulzó un poco: no te asustes flaca, te bajás en la próxima, cruzas por el puente que cruza y preguntás que te indiquen la otra parada, está por ahí cerca. siempre tenés que preguntar ante la duda, flaquita, sino te van a seguir pasando estas cosas eh, tenés que estar atenta, esto no es como en otros lados eh, si te dormís te despertás en ushuaia, jeje. le agradecí el consejo, posé la vista en mi ex abuela que me miraba expectante, la saludé con la mano desde lejos, y me bajé mientras me sentía la peor traidora del planeta tierra.
crucé el puente, caminé por el borde y encontré la parada del 15, que no tardó casi nada en llegar (es mi día de suerte, pensé burlonamente). me apoltroné en uno de los asientos de atrás y me lamenté de la mugre que había en las ventanillas que no me dejaban ver. intenté abrir la ventana, haciendo esfuerzos exagerados, y no pude. miré a mi alrededor a ver si alguien más había visto mis frenéticos e inútiles intentos por acceder al aire, una chica en el asiento de enfrente me sonrió. yo aparté rápidamente la mirada y me volví a sentar. dormité las siguiente hora, mientras escuchaba música en mi mp3. cuando me desperté, tenía un pibe bastante lindo al lado mío que me sonrió y me dijo con tono burlón: ¿eso que está sonando es ricky martin o me parece a mi?. ofuscada por tanta buena suerte en un día, le gruñi: te parece a vos nomás.
toqué el timbre, el 15 frenó en la parada, me bajé y abrí la puerta de casa.
clap clap clap.
ResponderEliminarbrian.
beso brian
Eliminar"Concentrate en tu nueva abuela" y a los diez renglones "mi ex abuela que me miraba expectante" jajaja. A veces las relaciones más interesantes son las más cortas.
ResponderEliminarYo también tengo una abuela loca y otra mala. Parece ser una seria costumbre. Ya veremos a qué categoría terminamos perteneciendo algún día (si es que).
Conozco esa odiosa sensación de "me estoy perdiendo" arriba del bondi. Tantas veces me he tomando el contrario, el incorrecto, me quedé dormida y me desperté tan lejos.
Por suerte, con un poco de ayuda, se puede volver de(casi) todo.
Perdón, estoy muy comunicativa.
Portate bien nena (abuela buena mood)
yo la categoría loca quiero. yo yo.
Eliminarposta eso de las relaciones cortas. da para escribir algo al respecto.
me gusta que estes comunicativa. siempre me porto bien, soy hija de radicales progres, nunca lo olvides. tengo un nivel de represión tal que me inhibe para cualquier intento de mal portación.
linda historia
ResponderEliminargracias. abrazo.
Eliminar¿Qué alternativas estás considerando para la Maestría (en Historia, supongo)? Yo terminé una en la UTDT el año pasado(en Historia, sí). Saludos.
ResponderEliminarjustamente esto fue cuando sali de la di tella. ¿que te pareció la maestria? ¿te gustó? estoy entre esta y la unsam
EliminarBien ahí!(me molesta la gente que dice "el Di Tella", eso es el instituto). Ahora que leí el relato deduzco que sí, era mi querida Di Tella, cómo que no. En la UNSAM está Juan M. Palacio, que es o era profesor de la Di Tella. Normalmente se piensa en la UNSAM como más nac&pop que la Di Tella, prejuzgada como neoliberal y elitista, cuando en realidad hay profesores como Hernán Camarero (trosko) y otros que dan pluralidad al asunto. Si te ofrecen beca completa, es genial. El tema es si querés seguir la carrera académica para escapar la enseñanza secundaria (es mi caso), yo apostaría por el Doctorado, aunque eso se charla, la cursada es casi la misma. En fin, en la Di Tella tenés profesores de primera, con amplias carreras de investigación y publicaciones en el país y afuera (porque la mayoría tiene PhDs de afuera). Cualquier pregunta decime. PD: el 15 fue uno de las primeras líneas con AA, que además tenía ventanotas semi-polarizadas, una masa.
Eliminaray, que linda historia. Encima incluye abuelitas y colectivos <3
ResponderEliminartu relación con el 15 es casi mi relación con el 53/123 (pero sobre todo con el 53) así que me siento identificada con todo.
Es un bajón tomarse el bondi para el otro lado jajaja, por lo menos no quedaste en zárate.
El bondilero la jugó de que te sacó la ficha de provinciana! jajajajajaja
ResponderEliminarFantastic Voyage
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