el concepto de burbuja proxémica no es algo muy utilizado. yo lo conocí por un ex cuando recién empezabamos a salir, cuando un día, sumamente frustrado, me soltó exasperado: belén, tenés la burbuja proxémica mas amplia del universo.
cuando me explicó el termino (la burbuja proxémica vendría a ser la percepción que cada uno de nosotros tiene del espacio social y personal y que nos permite interactuar cotidianamente; este espacio puede variar culturalmente - hay culturas como la cubana, por ejemplo, que implica mayor roce e interacción entre las personas, y otras como la inglesa, que implican mucho menos), pero también de persona a persona.
lo mio vendría a ser un caso extremo, mi burbuja proxémica es tan amplia y (por lo tanto) tan fácil de vulnerar que me genera situaciones incómodas continuamente. mi problema (entre otros) es que mi espacio vital es mucho más amplio que el de la media, y que enseguida me siento intimidada cuando alguien lo traspasa. esa incomodidad se traduce en expresiones físicas bastante antipáticas (me pongo de mal humor, o me corro, o dejo de hablar, etc). por suerte, a medida que voy conociendo a las personas, mi burbuja proxémica se achica.
el problema con esto es siempre las primeras impresiones que la gente se suele llevar de mi (suelen ser horribles). ni que decirles de las primeras citas, esas son las peores. me genera mucha incomodidad la sensación de proximidad con un desconocido, pero aún más con un desconocido que se que me quiere cojer.
por suerte, como los hombres que quieren cojer suelen persistir, pese a la espantosa primera impresión, suelen invitarme a segundas citas (a veces).
una de las últimas primeras citas que tuve (con un divino y recontra partidazo) puede servir de ejemplo didáctico al respecto de la cuestión. el muchacho y yo salímos a tomar algo y nos sentamos en una especie de sillón de dos cuerpos. estabamos hablando (yo evitando hacer demasiado contacto visual) cuando me empiezo a poner más incómoda de lo que ya estaba y advierto que el susodicho estaba vulnerando mi linda y segura burbuja proxémica. lo miré dos segundos seria, esbocé una semi sonrisa, y solté sin pensar.
b.- estás ocupando mi lado del sillón (!!!!!!!)
el partidazo me mira un poco desconcertado. sin embargo, me sonrie también:
p.- jaja, perdón. es que me dió la sensación de que tenías mucho espacio, sos tan chiquita.
mi respuesta, esta vez sin sonrisa, no se hizo esperar:
b.- no, para nada. me gusta estar cómoda, el espacio nunca sobra.
una media hora después, cuando el flaco pese a todo logró remarla y agarrarme la mano, se me ocurrió comentar:
b.- uhhh, tenés la mano toda transpirada.
un ex chongo una vez me dijo que salir conmigo era similar a chupar un limón.les juro que no se de donde salen esas cosas. es como que me brotan y ya.
cuando me explicó el termino (la burbuja proxémica vendría a ser la percepción que cada uno de nosotros tiene del espacio social y personal y que nos permite interactuar cotidianamente; este espacio puede variar culturalmente - hay culturas como la cubana, por ejemplo, que implica mayor roce e interacción entre las personas, y otras como la inglesa, que implican mucho menos), pero también de persona a persona.
lo mio vendría a ser un caso extremo, mi burbuja proxémica es tan amplia y (por lo tanto) tan fácil de vulnerar que me genera situaciones incómodas continuamente. mi problema (entre otros) es que mi espacio vital es mucho más amplio que el de la media, y que enseguida me siento intimidada cuando alguien lo traspasa. esa incomodidad se traduce en expresiones físicas bastante antipáticas (me pongo de mal humor, o me corro, o dejo de hablar, etc). por suerte, a medida que voy conociendo a las personas, mi burbuja proxémica se achica.
el problema con esto es siempre las primeras impresiones que la gente se suele llevar de mi (suelen ser horribles). ni que decirles de las primeras citas, esas son las peores. me genera mucha incomodidad la sensación de proximidad con un desconocido, pero aún más con un desconocido que se que me quiere cojer.
por suerte, como los hombres que quieren cojer suelen persistir, pese a la espantosa primera impresión, suelen invitarme a segundas citas (a veces).
una de las últimas primeras citas que tuve (con un divino y recontra partidazo) puede servir de ejemplo didáctico al respecto de la cuestión. el muchacho y yo salímos a tomar algo y nos sentamos en una especie de sillón de dos cuerpos. estabamos hablando (yo evitando hacer demasiado contacto visual) cuando me empiezo a poner más incómoda de lo que ya estaba y advierto que el susodicho estaba vulnerando mi linda y segura burbuja proxémica. lo miré dos segundos seria, esbocé una semi sonrisa, y solté sin pensar.
b.- estás ocupando mi lado del sillón (!!!!!!!)
el partidazo me mira un poco desconcertado. sin embargo, me sonrie también:
p.- jaja, perdón. es que me dió la sensación de que tenías mucho espacio, sos tan chiquita.
mi respuesta, esta vez sin sonrisa, no se hizo esperar:
b.- no, para nada. me gusta estar cómoda, el espacio nunca sobra.
una media hora después, cuando el flaco pese a todo logró remarla y agarrarme la mano, se me ocurrió comentar:
b.- uhhh, tenés la mano toda transpirada.
un ex chongo una vez me dijo que salir conmigo era similar a chupar un limón.les juro que no se de donde salen esas cosas. es como que me brotan y ya.