el otro día charlaba con inés sobre mi ex.
empecé a salir con francisco a fines del 2013.
hay algo de esos comienzos si uno rebusca en el blog. fuimos amigos mucho tiempo, de la carrera. me vio transitar por muchos estados (era amigo de un ex mío, así lo conocí).
para el 2013 nuestra relación se fue estrechando, por motivación de él, la verdad. él tenía novia (la ameba, la apodamos en nuestro grupo de amigos).
yo venía de una seguidilla de autodestrucción heavy metal (una predilección por los quilombos, pibes con novia y escándalos ao vivo) y él siempre estaba por ahí para decirme que no era culpa mía (lo era, claramente, pero era bueno descansar en la negación para escaparse de la extrema auto crítica virginiana).
francisco siempre tenía alguna excusa para vernos. estaba cerca de casa, justo pasaba por puan, tenía un amigo para presentarme si lo iba a ver a jugar al fútbol. y ahí descubrí la meca de la felicidad: muchos hombres dispuestos a ponerla y yo. me cojí a 6 de sus compañeros de fútbol y francisco me los entregaba con cierto morbo displicente. le gustaba que le contara que pasaba, que no me había gustado, lo pelotudos que eran.
en octubre viajamos a mendoza por unas jornadas de historia con todo el grupo de la facultad y se hizo evidente que a él le pasaba algo más. estaba siempre conmigo, me abrazaba, me tocaba, se quedaba horas sentado conmigo escuchándome hablar (no paro de hablar chicos, soy insufrible ya saben). a mi la atención (ya sabemos de mi ego) me hacía sentir importante. pero no me gustaba del todo, tenía novia, era mi amigo, y decidí que no daba.
a nuestra vuelta, sin embargo, la situación subió en densidad. yo (y mi etapa autodestructiva, claro) dijimos que bueno, que por qué no cojermelo. tenía novia, era algo seguro para mi, no iba a tener que hacerme cargo de todo eso, al fin y al cabo era más de lo mismo. y un día después de varios palos e indirectas, le pregunte:
f.- ¿querés que nos veamos estos días?
b.- nos vimos ayer con los chicos.
f.- si, nosotros solos decía.
b.- ¿para?
f.- no se, tomar unos mates.
b.- francisco, ¿vos me querés cojer?
f.- tengo novia yo.
b.- no me estás respondiendo.
f.- no se.
b.- ¿no sabés si me querés cojer?
f.- quién no quisiera cojer con vos, bel.
b.- te hago una lista. hay muchos.
f.- no.
b.- seguís haciendote el pelotudo. che, en serio, me da paja todo este histeriqueo. si querés cojemos, sino ya fue. ya estoy grande para toda esta cosa vueltera.
a la hora me tocó el timbre. era él.
cojimos increible.
increible.
la situación se empezó a repetir asiduamente, dos o tres veces por semana venía, cojíamos increible, se iba. yo salía con otros, el estaba con su novia.
pensé que era el equilibrio perfecto. la fórmula de la felicidad.
hasta que un día vino a mi casa y me dijo que había cortado con la novia.
a mi me tomó tan de sorpresa que me enojé.
b.- ¿por qué cortaste con la ameba?
f.- porque quiero estar con vos.
b.- ¿pero vos me preguntaste a mi que quería yo?
f.- no.
b.- yo no me puedo hacer cargo de esto francisco, no se. habrás cortado porque querías cortar, no por mi.
f.- por vos corté.
b.- me estás haciendo responsable de algo que no te pedí.
f.- no te hago responsable de nada. te digo la verdad.
de pronto me vi involucrada en una relación en la que nunca estuve segura de querer participar. empecé a tener que ir a asados con una familia con la que estaba incómoda, y me vi sosteniendo un vínculo en el que me transformé en una especie de madre sustituta dónde tenía que estar haciéndome cargo de las necesidades y deseos de una persona con la que ni siquiera sabía si quería estar.
en contraposición yo sentía que bueno, que yo era especial. qué francisco me elegía a mi por sobre su novia ameba (que honor, eh), que me quería como nadie, que estaba ahí para mi cuando yo me sentía sola. era mi constante.
y dije bueno, está bien. tal vez necesito esto después de tanto tiempo de gente que no me elegía constantemente. si yo me esforzaba y trabajaba el vínculo, tal vez el amor fuese esto.
pero empezaron a pasar una seguidilla de cosas horribles. francisco empezó a tener desbordes emocionales y celos que hicieron que yo dejara de ver a otros tipos para ahorrarme las escenas. le molestaba que salieramos y yo tomara porque decía que me ponía excesivamente agradable con los tipos. cuando eso pasaba se ponía taciturno, sentado en un rincón y yo sentía que tenía la culpa de que la esté pasando para el orto. me empecé a dar cuenta de que me mentía, sistemáticamente, en todo. desde con que había hecho la tarde anterior a que había rendido un final que nunca rindió. se hacía el gato con pibitas X, un día hasta descubrí que se había vuelto a ver con la ex. siempre había algo oscuro, podrido, escondido. yo me empecé a obsesionar que era porque no estaba haciendo lo suficiente para que el se sintiera seguro en el vinculo, que de alguna manera yo le generaba inseguridades porque no estaba segura de si lo quería y eso él lo percibía y lo hacía hacer todo lo que hacía: las escenas de celos, los enojos, las gateadas.
cada salida con él era un drama. desde su perspectiva siempre había alguien que me quería dar. empecé a salir cada vez mas tapada, pensando que eso tal vez calmaría un poco sus miedos. le dije varias veces que tal vez teníamos que separarnos, pero siempre volvíamos y yo pensaba que si realmente me esforzaba la situación mejoraría. el me quería, me había elegido, era yo la que no estaba segura y la que le sonreía a otros pibes, tal vez era mi culpa que él se sintiese tan inseguro. él era la única variable de mi vida que estaba siempre. me aferré a la idea de que si no estaba él no iba a estar nadie, que necesitaba que se quede por acá y que tal vez solo era cuestión de esforzarme más.
empezamos a cojer cada vez peor. un día me di cuenta de que cojía solo porque él quería, que yo ya no quería tocarlo. la situación escaló en intensidad, él se sentía lastimado por mi rechazo y yo me sentía culpable pero mi limite era ese: no podía cojer por el otro. su agresividad escaló y yo pensaba que tenía sentido por no poder cojer, entendía que estuviese enojado conmigo. otra vez era mi culpa. yo intentaba explicarle lo que sentía, lo mal que me ponía también a mi y que estaba trabajandolo en terapia. estaba trabajando en terapia querer tener sexo con él.
como una forma de limitar la culpa empecé a decirle que en realidad no era con él, sino que era que yo no estaba muy sexual. que era en general. volvieron a aparecer los mensajes con otras minas y yo pensé que era lógico incluso que me cagara si no podíamos cojer. cada vez las peleas eran mas violentas y él desaparecía por días. yo esos días estaba extrañamente tranquila y trataba de racionalizar que era necesario que nos separaramos. pero cuando volvía él tenía tanto amor, tantas ganas de quererme, me seguía eligiendo pese a todo. yo sabía que ese pese a todo era mi culpa: pese a que no cojemos, pese a que no querés cojer conmigo, pese a que no tenés deseo sexual, yo te elijo. ¿quién te eligiría en esta situación? solo yo.
en un supuesto acto de amor decidió en diciembre que él me acompañaría a madryn para las fiestas, algo que nunca había querido hacer. yo la verdad no quería, no sentía que fuese una buena idea pero no quería rechazarlo otra vez asique acepté. la pasamos como el orto, me agredió de todas las formas que encontró: se encerró y no quiso salir en ningún momento, discutíamos por todo, se enojaba si yo me iba sin él pero no quería salir. la situación estalló un día en que en medio de una discusión le grité que no quería verlo nunca más, que lo único que hacía era hacerme sentir una mierda y él se me tiró encima.
cuando lo vi venir pensé que me iba a pegar y me asusté. lo empujé con una fuerza que yo no sabía que tenía. solo quería alejarlo de mi, bien lejos.
no se lo vio venir y terminó chocándose contra la pared.
yo temblaba y pensaba que había hecho todo tan mal tan mal tan mal.
que cómo habíamos llegado a esta situación del orto.
le grité que no me iba a tocar nunca más en su vida.
se puso a llorar, me dijo que era mi culpa, que yo lo volvía loco con mis reclamos.
i.- ¿por qué llorás, belén?
b.- no se.
i.- si sabés. que pasa.
b.- que pensé toda la relación que era por mi culpa.
i.- que cosa.
b.- que no funcionaba, no se. que era yo haciendo las cosas mal, como siempre. y que si me esforzaba por una vez iba a poder hacerlo funcionar.
i.- vos no eras la que agredías.
b.- seguramente lo agredía. sin darme cuenta. lo rechazaba constantemente.
i.- puede ser.
b.- me hace mierda pensar que yo permití todo esto.
i.- los dos.
b.- pero más yo. él no se sentía agredido, o no me lo decía. era yo la que me sentía mal todo el tiempo, en falta.
i.- ¿y por qué te quedaste ahí tanto tiempo?
b.- porque no tenía a dónde irme, calculo.
i.- ¿cómo es eso?
b.- no se. eso.
i.- podés irte a dónde vos quieras.
b.- para qué, si no hay persona a la que volver.
i.- ¿vos sentías que querías volver a francisco?
b.- no.
i.- ¿y entonces?
b.- pero estaba la ilusión esa, la fantasía, de que al fin y al cabo iba a haber alguien esperándome al final, eligiendome.
i.- ¿pero vos querías que él te elija?
b.- yo quería que alguien me elija.
i.- mucha gente te elige.
b.- pero no para siempre.
i.- para siempre solo te eligen tus padres. y a veces ni eso.
b.- extraño a mi mamá.
i.- ya sé. pero francisco no era tu mamá.
b.- le pedía demasiado.
i.- o demasiado poco. ¿por qué no probas eligiendo vos, para variar?
b.- ¿y si el que elijo no me elige?
i.- no te lo tomes personal. y mirá si te eligen al final.
b.- nunca me eligen.
i.- francisco te eligió.
b.- y la pasé como el orto.
i.- entonces esa no es la fórmula.
b.- nunca tengo la fórmula de nada.
i.- probá eligiendote a vos misma primero. los demás después lo ves.
b.- que mierda individualista esa.
i.- el psicoanálisis es así.
b.- si ya sé.
i.- tu vieja no te eligió, le tocaste. y te quiso como nadie. y ya está belén, se murió.
b.- ya se.
i.- no, me parece que todavía no lo sabes. ¿seguimos la próxima?