desarmarse sería demasiado progresivo y natural para esta protagonista del drama.
colapsar a partir de los gritos mudos de un cerebro que no deja disfrutar, ni desear, ni sentir es más mi estilo.
tras el colapso y los diez segundos que siguen y que parecieran indicar que el mundo se acaba, comienza a temblar suavemente, a partir de espasmos y toses roncas que raspan las lastimaduras.
y empieza de nuevo.
eterno retorno al devenir existente de la nada cotidiana. las heridas se disimulan, las cicatrices no. por suerte las bufandas del invierno nos permiten ocultar los cuellos mal sanados ante los ojos inquisidores de los extraños que creen entender meramente porque te leen. si supieran que esto no es mas que el orgasmo de una sensación mucho mas intima que solo expresa a partir de tibios gemidos un mundo inexplicablemente enredado dentro de la garganta que sofoca el habla, la respiración y empieza a formar raices en un corazón cada vez mas cansado de latir al compás de la nada; el acelerarse por emoción ya no está en sus parámetros y respira tenue mirando a un alrededor otoñal que le permite pensar que la belleza esta afuera, porque adentro, adentro ya no hay nada, solo afuera, por suerte todavía no perdió la capacidad de llenar el pecho de aire frio que desde adentro de sus pulmones le recuerda con un escalofrio que todavía esta aca,
que todavia es invierno,
que todavía es.
mientras tanto.
colapsar a partir de los gritos mudos de un cerebro que no deja disfrutar, ni desear, ni sentir es más mi estilo.
tras el colapso y los diez segundos que siguen y que parecieran indicar que el mundo se acaba, comienza a temblar suavemente, a partir de espasmos y toses roncas que raspan las lastimaduras.
y empieza de nuevo.
eterno retorno al devenir existente de la nada cotidiana. las heridas se disimulan, las cicatrices no. por suerte las bufandas del invierno nos permiten ocultar los cuellos mal sanados ante los ojos inquisidores de los extraños que creen entender meramente porque te leen. si supieran que esto no es mas que el orgasmo de una sensación mucho mas intima que solo expresa a partir de tibios gemidos un mundo inexplicablemente enredado dentro de la garganta que sofoca el habla, la respiración y empieza a formar raices en un corazón cada vez mas cansado de latir al compás de la nada; el acelerarse por emoción ya no está en sus parámetros y respira tenue mirando a un alrededor otoñal que le permite pensar que la belleza esta afuera, porque adentro, adentro ya no hay nada, solo afuera, por suerte todavía no perdió la capacidad de llenar el pecho de aire frio que desde adentro de sus pulmones le recuerda con un escalofrio que todavía esta aca,
que todavia es invierno,
que todavía es.
mientras tanto.
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