mis padres fueron radicales, yo soy peronista, lo de progre vino por default. no entiendo lo de guardar secretos y siempre lloro en todas las sesiones con mi analista así siento que no desperdicio 700 pé. mi último gran descubrimiento es que soy una discapacitada vincular. lo específico nunca fue mi fuerte, amo odiarme y te juro que soy mejor con la cara en movimiento.

la unica diferencia entre la realidad y la ficción es que la ficción debe ser verosímil .- mark twain

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dijo de belén el caricaturista historiador bobrow: "el idiolecto de la autora de este blog asume todos los tópicos culturales más políticamente incorrectos de occidente sin por ello asumir su carga ideológica".

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jueves, 8 de noviembre de 2018

pablo, el judío que no lo era, espera/4

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y acá, obvio

el cielo era una mezcla de grises y oscuridad.
no había absolutamente nadie en los alrededores.
el viento golpeteaba entre los árboles, había una brisa ridículamente cálida.
la noche estaba realmente hermosa.
caminamos varias cuadras hablando de nuestro encuentro. ninguno de los dos sabía que hacía el otro, a qué se dedicaba, que hobbies tenía.
habíamos pasado juntos mas de dos horas y no habíamos intercambiado casi datos informativos. me gustó eso.

belén: ¿falta mucho?
pablo: ¿para que?
belén: para el bar.
pablo: ah ni idea. era ver si nos encontrábamos alguno.
belén: ¿no me estabas llevando a un bar?
pablo: no. estaba caminando con vos.
belén: me engañaste.
pablo: no.
belén: no se dónde estamos.
pablo: yo sé no te preocupes.
belén: necesito un gin tonic.
pablo: bueno. mirá allá hay unas luces. capaz tienen.

nos acercamos al semáforo para cruzar. se puso en rojo. iba a cruzar pero pablo se me puso enfrente.
me miró un rato.
lo miré y me toqué el pelo en un acto reflejo.

pablo: está perfecto así.
belén: mentiroso.
pablo: te juro. para mi está perfecto así.

se inclinó y me besó con naturalidad. como si siempre nos besáramos, como si fuese un trámite al que estaba acostumbrado a diario.
nuestras bocas encastraron perfectamente.
suavemente me mordió el labio inferior.
nuestras lenguas se acompasaron tranquilamente, como si se conociesen.
pablo me atrajo hacia él con su mano izquierda y yo lo agarré del pelo.
fue ahí cuando lo olí. 
tenía un perfume riquísimo.

pablo me fue corriendo hasta que quedé contra una pared.
me apoyé y él se me quedó mirando un rato sonriendo.

belén: qué.
pablo: nada. te miro.
belén: por qué.
pablo: porque sos linda y te ponés nerviosa.
belén: no.
pablo: voy a besarte otra vez.
belén: no.
pablo: ¿querés venir a mi casa?
belén: no.
pablo: mmm. que difícil estás.
belén: no.
pablo: si.

se inclinó de nuevo sobre mi y me corrí.
belén: no, dejame.

pablo se acercó a medio centímetro de mi boca y se quedó ahí. sin hacer nada.
me mantuve estoica unos segundos eternos.
él también.
finalmente no aguanté más y volví a besarlo.
estuvimos así un montón. mil horas. 
de pronto volvió a lloviznar.
volvimos a caminar.
ambos sabíamos hacia dónde.

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