no hay nada que subraye más la enorme materialidad de la soledad que intentar cambiar con dignidad las sábanas de una cama king size.
la desolación del vacío contiguo se hace mas presente que nunca.
igual un toque se te pasa cuando te acostás y tenés todas las almohadas para vos. digamos todo.
Por más grande que sea la cama, siempre duermo al borde del precipicio.
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