esta historia con pedro empieza acá
sigue acá
esta es la tercera parte
a partir de ese primer encuentro, pedro y yo nos gustamos.
nos veíamos seguido, una vez por semana. salíamos a tomar un café, nos juntábamos en la biblioteca de puan o, simplemente, caminábamos.
pedro se reía mucho conmigo, todo el tiempo. al principio me molestaba, hasta que noté que su risa nerviosa era parte constitutiva de su personalidad. pedro estaba siempre nervioso. siempre. más cuando salía conmigo.
la paranoiqueaba. miraba alrededor, como temiendo lo inconfesable. nos veíamos tiempos rigurosamente cronometrados, una hora, a lo sumo hora y media, más era demasiado. pedro llegaba con cara de torturado a mi encuentro, se iba aflojando a la media hora y cuando faltaban quince minutos antes de irse todo en él volvía a ser oscuro. se ponía hosco, la conversación se cortaba, todo se volvía gélido. yo me prometía no volver a verlo, me mal humoraba su paranoia, sus cambios de humor, su nerviosismo. pero siempre, antes de irse, me abrazaba. fuerte. tan fuerte. me dejaba ahí un minuto, sin decir nada, me envolvía y yo terminaba nuestros encuentros pensando que no era tan malo al fin y al cabo.
nunca había pasado nada. ni un beso, nada. de nada. nada.
pedro esperaba, se acercaba, sopesaba sus posibilidades. y yo lo esperaba, inerte. nunca tuve demasiado problema con la gente comprometida, la verdad. pero siempre espere a que fuesen ellos quienes dieran el primer paso. que fuese una decisión hecha y derecha, digamos. que se hiciesen cargo de lo que iban a hacer.
pero nunca, nunca, nunca, me costó tanto que dieran el primer paso como con pedro.
pedro estaba preso, de las estructuras que creaba alrededor de el, de miedo, de conformismo.
igual, creo que lo que más lo bloqueaba era que, a diferencia de los otros, pedro la quería. la quería de verdad.
sin embargo había decidido, ya para esas alturas, que tampoco quería dejar de verme.
¿y entonces?
sigue acá
esta es la tercera parte
a partir de ese primer encuentro, pedro y yo nos gustamos.
nos veíamos seguido, una vez por semana. salíamos a tomar un café, nos juntábamos en la biblioteca de puan o, simplemente, caminábamos.
pedro se reía mucho conmigo, todo el tiempo. al principio me molestaba, hasta que noté que su risa nerviosa era parte constitutiva de su personalidad. pedro estaba siempre nervioso. siempre. más cuando salía conmigo.
la paranoiqueaba. miraba alrededor, como temiendo lo inconfesable. nos veíamos tiempos rigurosamente cronometrados, una hora, a lo sumo hora y media, más era demasiado. pedro llegaba con cara de torturado a mi encuentro, se iba aflojando a la media hora y cuando faltaban quince minutos antes de irse todo en él volvía a ser oscuro. se ponía hosco, la conversación se cortaba, todo se volvía gélido. yo me prometía no volver a verlo, me mal humoraba su paranoia, sus cambios de humor, su nerviosismo. pero siempre, antes de irse, me abrazaba. fuerte. tan fuerte. me dejaba ahí un minuto, sin decir nada, me envolvía y yo terminaba nuestros encuentros pensando que no era tan malo al fin y al cabo.
nunca había pasado nada. ni un beso, nada. de nada. nada.
pedro esperaba, se acercaba, sopesaba sus posibilidades. y yo lo esperaba, inerte. nunca tuve demasiado problema con la gente comprometida, la verdad. pero siempre espere a que fuesen ellos quienes dieran el primer paso. que fuese una decisión hecha y derecha, digamos. que se hiciesen cargo de lo que iban a hacer.
pero nunca, nunca, nunca, me costó tanto que dieran el primer paso como con pedro.
pedro estaba preso, de las estructuras que creaba alrededor de el, de miedo, de conformismo.
igual, creo que lo que más lo bloqueaba era que, a diferencia de los otros, pedro la quería. la quería de verdad.
sin embargo había decidido, ya para esas alturas, que tampoco quería dejar de verme.
¿y entonces?
uhhh no había leído la historia, espero la continuación :)
ResponderEliminarQue rara forma esa de querer a alguien pero cagarla al involucarte con otra persona. Y que estúpido andar de trampa y que la paranoia te coja el cerebro :P
ResponderEliminarpor qué decís que la quería??? mmh...
ResponderEliminary si la quería por qué conformismo??
CD