si querés leer la historia de pedro, empezá acá
seguí acá
esta es la tercera parte
la cuarta
la quinta
y ahora si:
me mordí los labios, odiándonos (a él, por gil, a mi, por idiota) en silencio.
la noche perdió sentido, pero mis facultades mentales todavía conservaban algo de dignidad asique me prohibí mandarle un mensaje. siempre tuve (ahora, después de dos años de terapia, un poco menos) esa pelotudez cósmica de pensar que si yo no daba el brazo a torcer, si yo no acercaba nunca posiciones aunque fuese yo misma la que me había alejado, si yo me mantenía estoica en el silencio mas profundo, yo GANABA. no se exactamente qué, porque internamente la obsesión y ansiedad prevalecían, pero en mi imaginario (enfermo, según inés) mantener en apariencia mi orgullo incólume implicaba que yo, inexplicablemente, triunfaba. no importaba que la dignidad fuese solo una pantalla, ya que nadie, solo yo, sabía el oscuro secreto. sabía que sufriría noches de morderme labios y uñas para no mandarle mensaje.
mi mecanismo habitual (todavía persiste, aunque últimamente inés lo doblega más seguido) me obligaba a tragarme todos mis problemas de autoestima, ansiedad y obsesión en silencio. hacia afuera me mostraba firme y segura, y al tiempo (una, dos semanas, tres a lo sumo) el susodicho desaparecía, finalmente, de mi mente. se borraba de mi memoria, de mi imaginario, de mis complejos, de mis ganas. lo bloqueaba exitosamente y de pronto desaparecía para siempre, era como si nunca hubiese sucedido.
para lograr mi objetivo borraba el contacto del teléfono, lo ocultaba en el facebook.
el último paso, luego de un mes, era borrarlo del face. si no está en face, no existe.
pero pedro, por supuesto, no me dejó.
volvió a aparecer en el tiempo límite; tres semanas después, en la última etapa de mi proceso de negación.
cuando yo creía ya, por fin, tenerlo todo controlado.
pedro esperaba, si. y aparecía, siempre, en el momento más inoportuno.
seguí acá
esta es la tercera parte
la cuarta
la quinta
y ahora si:
me mordí los labios, odiándonos (a él, por gil, a mi, por idiota) en silencio.
la noche perdió sentido, pero mis facultades mentales todavía conservaban algo de dignidad asique me prohibí mandarle un mensaje. siempre tuve (ahora, después de dos años de terapia, un poco menos) esa pelotudez cósmica de pensar que si yo no daba el brazo a torcer, si yo no acercaba nunca posiciones aunque fuese yo misma la que me había alejado, si yo me mantenía estoica en el silencio mas profundo, yo GANABA. no se exactamente qué, porque internamente la obsesión y ansiedad prevalecían, pero en mi imaginario (enfermo, según inés) mantener en apariencia mi orgullo incólume implicaba que yo, inexplicablemente, triunfaba. no importaba que la dignidad fuese solo una pantalla, ya que nadie, solo yo, sabía el oscuro secreto. sabía que sufriría noches de morderme labios y uñas para no mandarle mensaje.
mi mecanismo habitual (todavía persiste, aunque últimamente inés lo doblega más seguido) me obligaba a tragarme todos mis problemas de autoestima, ansiedad y obsesión en silencio. hacia afuera me mostraba firme y segura, y al tiempo (una, dos semanas, tres a lo sumo) el susodicho desaparecía, finalmente, de mi mente. se borraba de mi memoria, de mi imaginario, de mis complejos, de mis ganas. lo bloqueaba exitosamente y de pronto desaparecía para siempre, era como si nunca hubiese sucedido.
para lograr mi objetivo borraba el contacto del teléfono, lo ocultaba en el facebook.
el último paso, luego de un mes, era borrarlo del face. si no está en face, no existe.
pero pedro, por supuesto, no me dejó.
volvió a aparecer en el tiempo límite; tres semanas después, en la última etapa de mi proceso de negación.
cuando yo creía ya, por fin, tenerlo todo controlado.
pedro esperaba, si. y aparecía, siempre, en el momento más inoportuno.
uh, yo hago lo mismo. Eso, lo de la negación. Lo de sentir que "gano" si no doy el brazo a torcer. Vivo debatiendome con ese problema.
ResponderEliminarQue mecanismo de mierda q tenemos todas pensar q el silencio nos da dignidad y es al revés...
ResponderEliminaryo hago exactamente lo mismo pero no lo sufro tanto, creo q necesito terapia más de lo q imaginaba
ResponderEliminarOjo, nunca está bien arrastrarse para mendigar cariño / contacto físico / sexo, yo creo que está bien tener un poco de orgullo.
ResponderEliminarEmpecé a leer tu blog hace poco y lo estoy devorando, me encanta como escribis y tus historias, sos genial!
ResponderEliminarMis personajes favoritos, aparte de vos claro, son n., p. (la lesbiana) e inés, me divierten mucho los tres.
Un beso, me quedé con ganas de ver como sigue esta historia!
Quiero saber cómo sigue Belénnn!! Por favor!! Me identifico mucho con tus historias.
ResponderEliminarno sé cómo llegué acá, pero este blog me encanta. Me siento boluda diciendo la palabra blog. Y comentando en uno, ni te cuento. Queremos saber cómo sigue Beleeen!
ResponderEliminarC.D.