me mando un mensaje preguntandome que hacía.
"nada", contesté malhumorada, de toque. siempre me malhumoro cuando mis planes de cojer no salen como los pronostico.
¿vamos a cenar?, me preguntó. dejé el celular sobre la mesada de la cocina para no contestar "no" enseguida. saqué la ropa del lavarropas y me miré al espejo. me había cortado el pelo a la mañana y tenía el flequillo excesivamente recto. se notaba el corte reciente. me hice dos trenzas, también estaba excesivamente corto. 4 o 5 vueltas habré dado hasta lograr atarmelo.
escuché que volvió a sonar el celular. fui a buscarlo. ¿me vas a dejar de contestar como siempre que te invito a algo? que feo, eh. no hacerse cargo.
pensé que a lo mejor si podía cojer esta noche, al fin y al cabo. no me gustaba demasiado, pero nadie me gustaba demasiado nunca a mi, que se yo. tal vez me sorprendía. me decidí. "dale, vení. ocupate de la comida, eh".
claro que me ocupo. en veinte estoy ahí.
me miré al espejo otra vez y decidí dejarme las trenzas. el flequillo estaba demasiado recto, que bronca me daban los primeros días tras la peluquería. me saqué el shorcito negro que traía y la remera gris, mi pijama de ese día, y me puse una pollera de jean y una remera roja. casi enseguida, sonó el timbre. antes de abrir, me miré otra vez el flequillo, recto, muy recto. mierda.
lo observé detenidamente, se había esforzado para estar bien. no era de lo mas lindo y la noche húmeda y semi lluviosa le daban un aspecto pegoteado, pero no estaba mal. me corrí y lo dejé pasar. subimos los tres pisos en silencio. entró y sin preguntar paso a la cocina y puso en el microondas un taper con pastel de papa que había hecho el mismo, como me anunció. me preguntó como estaba, tanto tiempo, y ahí me desbordé.
le empecé a contar lo mal que hacía todo yo. lo difícil que me era relacionarme, todo lo malo que generaba en la gente. la forma en que estructuraba mis relaciones, lo cansada que estaba del papel en que me ponía yo y los demás, porque les era mas cómodo. lo poco que me quería yo, lo poco que me querían los otros. los cambios que estaba intentando hacer, que no funcionaban, porque siempre recibía un no, un después, a cada pequeño pedido. los estereotipos de mierda que tenía para elegir tipos, siempre igualitos entre sí, cagones pelotudos, lo mal que la estaba pasando por ser yo, por las relaciones que tenía, por todo lo que eso me generaba. se me saltaron las lágrimas y pensé, y creo que se lo dije, que pobre él, que nada tenía que ver con nada de esto y que perdón, pero que no podía parar de llorar y que así no ibamos a poder cojer. desde el sillón, me extendió la mano y me invitó a sentarme con él. le agarré la mano y lo hice. no dijo nada, solo apoyó su cabeza sobre la mía y me escuchó llorar desconsolada, porque sí, sin preguntarme nada más.
cuando me desperté, seguía ahí, abrazada por él. lo miré, y me sonrió.
"¿viste como me agarrás la mano?", dijo. lo miré sin entender bien. "no me agarrás la mano, solo el dedo gordo. como los nenes" y señaló su mano. mi mano, pequeña, apretaba de forma casi instintiva solo su dedo gordo. todo el resto de su mano envolvía la mía.
"eso solo significa una cosa, belén", comentó. lo miré, esperando el veredicto. "pero no te lo voy a decir. lo vas a tener que averiguar solita. esperemos que no te equivoques y elijas lo que te hace mal, como hacés siempre nomás".
nos quedamos un rato en silencio.
me abrazó, otra vez. estaba tan cómoda, ahí. cerré los ojos, fuerte, como cuando era chiquita y quería que todo desapareciese.
fue cuando comentó, suavecito: "a mi igual me alcanza con quererte cuando me lo permitís".
y me odié, una vez más, por no poder elegir a quién querer.
"nada", contesté malhumorada, de toque. siempre me malhumoro cuando mis planes de cojer no salen como los pronostico.
¿vamos a cenar?, me preguntó. dejé el celular sobre la mesada de la cocina para no contestar "no" enseguida. saqué la ropa del lavarropas y me miré al espejo. me había cortado el pelo a la mañana y tenía el flequillo excesivamente recto. se notaba el corte reciente. me hice dos trenzas, también estaba excesivamente corto. 4 o 5 vueltas habré dado hasta lograr atarmelo.
escuché que volvió a sonar el celular. fui a buscarlo. ¿me vas a dejar de contestar como siempre que te invito a algo? que feo, eh. no hacerse cargo.
pensé que a lo mejor si podía cojer esta noche, al fin y al cabo. no me gustaba demasiado, pero nadie me gustaba demasiado nunca a mi, que se yo. tal vez me sorprendía. me decidí. "dale, vení. ocupate de la comida, eh".
claro que me ocupo. en veinte estoy ahí.
me miré al espejo otra vez y decidí dejarme las trenzas. el flequillo estaba demasiado recto, que bronca me daban los primeros días tras la peluquería. me saqué el shorcito negro que traía y la remera gris, mi pijama de ese día, y me puse una pollera de jean y una remera roja. casi enseguida, sonó el timbre. antes de abrir, me miré otra vez el flequillo, recto, muy recto. mierda.
lo observé detenidamente, se había esforzado para estar bien. no era de lo mas lindo y la noche húmeda y semi lluviosa le daban un aspecto pegoteado, pero no estaba mal. me corrí y lo dejé pasar. subimos los tres pisos en silencio. entró y sin preguntar paso a la cocina y puso en el microondas un taper con pastel de papa que había hecho el mismo, como me anunció. me preguntó como estaba, tanto tiempo, y ahí me desbordé.
le empecé a contar lo mal que hacía todo yo. lo difícil que me era relacionarme, todo lo malo que generaba en la gente. la forma en que estructuraba mis relaciones, lo cansada que estaba del papel en que me ponía yo y los demás, porque les era mas cómodo. lo poco que me quería yo, lo poco que me querían los otros. los cambios que estaba intentando hacer, que no funcionaban, porque siempre recibía un no, un después, a cada pequeño pedido. los estereotipos de mierda que tenía para elegir tipos, siempre igualitos entre sí, cagones pelotudos, lo mal que la estaba pasando por ser yo, por las relaciones que tenía, por todo lo que eso me generaba. se me saltaron las lágrimas y pensé, y creo que se lo dije, que pobre él, que nada tenía que ver con nada de esto y que perdón, pero que no podía parar de llorar y que así no ibamos a poder cojer. desde el sillón, me extendió la mano y me invitó a sentarme con él. le agarré la mano y lo hice. no dijo nada, solo apoyó su cabeza sobre la mía y me escuchó llorar desconsolada, porque sí, sin preguntarme nada más.
cuando me desperté, seguía ahí, abrazada por él. lo miré, y me sonrió.
"¿viste como me agarrás la mano?", dijo. lo miré sin entender bien. "no me agarrás la mano, solo el dedo gordo. como los nenes" y señaló su mano. mi mano, pequeña, apretaba de forma casi instintiva solo su dedo gordo. todo el resto de su mano envolvía la mía.
"eso solo significa una cosa, belén", comentó. lo miré, esperando el veredicto. "pero no te lo voy a decir. lo vas a tener que averiguar solita. esperemos que no te equivoques y elijas lo que te hace mal, como hacés siempre nomás".
nos quedamos un rato en silencio.
me abrazó, otra vez. estaba tan cómoda, ahí. cerré los ojos, fuerte, como cuando era chiquita y quería que todo desapareciese.
fue cuando comentó, suavecito: "a mi igual me alcanza con quererte cuando me lo permitís".
y me odié, una vez más, por no poder elegir a quién querer.
"uno no elige de quien se enamora, ni elige qué cosas a uno lo hieren" sin duda si pudiese elegir uno eso seria mucho más feliz, por que lo haría de la persona correcta
ResponderEliminarhola belen! hace mucho, mucho, muchísimo que no te comento toda.
ResponderEliminarpero no dejo de leerte, te descubrí hace un año y algo.. me atrapaste.
una vez te conté que mi preferida fue la de febo, después te suplique, y hasta me dedicaste la continuación de la del italiano, no me bancaba al que te decía lilu.. nos dejaste en ascuas con esa historia..
me emocionas mucho cuando escribís sobre tu mamá.. sobre lo mas intimo y profundo de vos…
a la que hace mucho no nombras es a Ines, te aumento la sesión y no fuiste mas?! preferiste invertir ese dinero en fantoches triples no?!
y alguna que otra vez te dije que era mas divertido antes... cuando te tomabas el tiempo y nos contestabas a los de acá.. a los del blog..
te dejo un beso grande.. adío..
a la que hace mucho no nombras es a Ines, te aumento la secion y no fuiste mas?! preferiste invertir ese dinero en fantoches triples no?!
y alguna que otra vez te dije que era mas divertido antes... cuando te tomabas el tiempo y nos contestabas a los de aca.. a los del blog..
te dejo un beso grandre.. Adío..
claramente Agnes no sigue los índices truchos y su sesión cotiza en Chicago
Eliminarsera???
Eliminar¿dejarse cojer sin quererlo no sería una violación selfie?
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