tendría unos 15 años.
no se si era fea o me sentía fea. probablemente ambas.
yo menstrué a los 9 años. se que no es un dato muy feliz para andar compartiendo en la internet, pero explica muchas cosas. en realidad no, pero bueno, no se. me parecía que tenía que decirlo, para que no quedasen secretos entre nosotros (?).
esto explica que desde que tengo memoria tengo tetas. digamos que biológicamente (mirá como me hago la que tengo idea, eh, vos fijate) las tetas se desarrollan antes de tu primer período (periodo, que finoli), asique ponele que tengo tetas desde los ocho, masomenos. ustedes se podrán sonreir cómplices, pero tener tetas es complicado, sobre todo cuando te aparecen de un día para el otro. ninguna de mis amigas tenía, y yo, que siempre estoy mirando para afuera, me sentía un extraterrestre. además las tetas no vinieron solas, no. crecí (fue el único momento de mi vida en que fui la más alta) pero no solo de alto, sino también de ancho. no tengo fotos de la época (desaparecieron oportunamente - y con un móvil mucho mas obvio que el que podía tener el padrastro para finiquitar a angeles, pese a las explicaciones lombrosianas que pudiesen asentar su culposidad en su mordida invertida) pero en mi memoria soy un ser mounstruoso con colita altísima, calzas negras, zapatillas fila y remeras enormes (si, ¿te imaginaste un horror? bueno, tres veces peor que eso). digamos que a mi, masomenos hasta los 15 años, ningún tipo me miró.
igualmente nunca fui conciente de mi horrorisidad. o tal vez si, no se. pero si me preguntás, creo que nunca fui conciente de lo gorda deforme que era hasta que fui mas grande, digamos, y miré las fotos. puede ser negación, no lo se. lo cierto es que pase la primera etapa de mi adolescencia inconciente de mi fealdad (mejor, cada cual sobrevive como puede). pero a los 15 años estaba bastante mejor (no era muy dificil, comparativamente hablando, eh). bajé unos kilos (naturalmente, no es que hice dieta ni nada), y la actividad física que siempre hice comenzó a notarse. igualmente cualquier ser humano con todos los dientes, que pesara menos de 90 kilos y sin joroba era mejor que ese ser que fui en el hiato que duró entre mis 9 y mis 14 años. en fin.
cuestión, decía, que tendría unos 15 años.
yo leía mucho en esa época. novelas. clásicos. literatura. todo lo que leí al respecto de ese tópico fue entre mis 11 y mis 18, después empecé la facultad y dejé de leer por placer; desde que empecé a leer por obligación no volví a agarrar una novela nunca más (deformidades académicas o mirá que peor persona que soy gracias a puan).
pero bueno, la cuestión es que yo leía. leía mucho. cuando terminé con la biblioteca de mis padres (que no era muy nutrida, debo decir), la de la escuela y la de los padres de mis amigos, empecé a ir a la biblioteca. me pasaba horas mirando los libros y eligiendo que llevar. solo se podían sacar dos libros por vez, y a mi la biblioteca me quedaba lejos, por lo cual tenía que ser una elección cuidadosa, porque no iba a volver hasta dentro de dos semanas. así devoré desde fontanarrosa a dickens, de tolstoi a dalmiro saenz, de los hermanos grimm a david viñas, de borges a martin amis, de javier marias a kundera. mi heterodoxia a la hora de leer (no se de que se sorprenden aquellos que se indignan al respecto de mi ambiguedad musical) le causaba gracia al pibe que solía atenderme en el lugar. se llamaba facundo, y, me enteré posteriormente, tenía 25 años.
una mañana, mientras me anotaba para que pudiese llevarme a domicilio un libro de paul auster y otro de margarite yourcenar, me miró divertido y me preguntó como me llamaba. me quedé en silencio, perpleja. nunca había interactuado con masculinos de la franja etaria que abarcaba entre 17 y 35 años.
facundo.- no muerdo, eh.
belén.- ah
facundo.- siempre quise hablarte. cada vez que venís apuesto a ver con qué libros bajas esta vez. sos impredecible.
belén.- ¿si?
facundo.- ¿lees posta un libro por semana?
belén.- si.
facundo.- ¿seguro?
belén.- ¡si!
facundo.- ¿no te los llevás para hacer facha nomás?
belén.- eh... si, me descubriste.
facundo.- yo sabía, je.
belén.- si.
mientras me acercaba los libros, me dijo sobradoramente:
facundo.- ¿sabés decir algo más que si?
agarré los libros que me extendía, tomé aire y mirandolo a los ojos le solté, antes de darme vuelta:
belén.- sé. es que para explayarme suelo necesitar que mi interlocutor no sea tan pelotudo, ¿viste?
y así empezaba, hace diez años exactamente, la que sería mi primer historia de (des)amor. y el primero, sexualmente hablando, de todos los hombres de mi vida.
(t.-, con ese titulo merezco saber que mierda escribiste en tu última entrada de blog, no seas pajero y abrilo a las visitas a las cuales les robás los títulos de tus entradas)
no se si era fea o me sentía fea. probablemente ambas.
yo menstrué a los 9 años. se que no es un dato muy feliz para andar compartiendo en la internet, pero explica muchas cosas. en realidad no, pero bueno, no se. me parecía que tenía que decirlo, para que no quedasen secretos entre nosotros (?).
esto explica que desde que tengo memoria tengo tetas. digamos que biológicamente (mirá como me hago la que tengo idea, eh, vos fijate) las tetas se desarrollan antes de tu primer período (periodo, que finoli), asique ponele que tengo tetas desde los ocho, masomenos. ustedes se podrán sonreir cómplices, pero tener tetas es complicado, sobre todo cuando te aparecen de un día para el otro. ninguna de mis amigas tenía, y yo, que siempre estoy mirando para afuera, me sentía un extraterrestre. además las tetas no vinieron solas, no. crecí (fue el único momento de mi vida en que fui la más alta) pero no solo de alto, sino también de ancho. no tengo fotos de la época (desaparecieron oportunamente - y con un móvil mucho mas obvio que el que podía tener el padrastro para finiquitar a angeles, pese a las explicaciones lombrosianas que pudiesen asentar su culposidad en su mordida invertida) pero en mi memoria soy un ser mounstruoso con colita altísima, calzas negras, zapatillas fila y remeras enormes (si, ¿te imaginaste un horror? bueno, tres veces peor que eso). digamos que a mi, masomenos hasta los 15 años, ningún tipo me miró.
igualmente nunca fui conciente de mi horrorisidad. o tal vez si, no se. pero si me preguntás, creo que nunca fui conciente de lo gorda deforme que era hasta que fui mas grande, digamos, y miré las fotos. puede ser negación, no lo se. lo cierto es que pase la primera etapa de mi adolescencia inconciente de mi fealdad (mejor, cada cual sobrevive como puede). pero a los 15 años estaba bastante mejor (no era muy dificil, comparativamente hablando, eh). bajé unos kilos (naturalmente, no es que hice dieta ni nada), y la actividad física que siempre hice comenzó a notarse. igualmente cualquier ser humano con todos los dientes, que pesara menos de 90 kilos y sin joroba era mejor que ese ser que fui en el hiato que duró entre mis 9 y mis 14 años. en fin.
cuestión, decía, que tendría unos 15 años.
yo leía mucho en esa época. novelas. clásicos. literatura. todo lo que leí al respecto de ese tópico fue entre mis 11 y mis 18, después empecé la facultad y dejé de leer por placer; desde que empecé a leer por obligación no volví a agarrar una novela nunca más (deformidades académicas o mirá que peor persona que soy gracias a puan).
pero bueno, la cuestión es que yo leía. leía mucho. cuando terminé con la biblioteca de mis padres (que no era muy nutrida, debo decir), la de la escuela y la de los padres de mis amigos, empecé a ir a la biblioteca. me pasaba horas mirando los libros y eligiendo que llevar. solo se podían sacar dos libros por vez, y a mi la biblioteca me quedaba lejos, por lo cual tenía que ser una elección cuidadosa, porque no iba a volver hasta dentro de dos semanas. así devoré desde fontanarrosa a dickens, de tolstoi a dalmiro saenz, de los hermanos grimm a david viñas, de borges a martin amis, de javier marias a kundera. mi heterodoxia a la hora de leer (no se de que se sorprenden aquellos que se indignan al respecto de mi ambiguedad musical) le causaba gracia al pibe que solía atenderme en el lugar. se llamaba facundo, y, me enteré posteriormente, tenía 25 años.
una mañana, mientras me anotaba para que pudiese llevarme a domicilio un libro de paul auster y otro de margarite yourcenar, me miró divertido y me preguntó como me llamaba. me quedé en silencio, perpleja. nunca había interactuado con masculinos de la franja etaria que abarcaba entre 17 y 35 años.
facundo.- no muerdo, eh.
belén.- ah
facundo.- siempre quise hablarte. cada vez que venís apuesto a ver con qué libros bajas esta vez. sos impredecible.
belén.- ¿si?
facundo.- ¿lees posta un libro por semana?
belén.- si.
facundo.- ¿seguro?
belén.- ¡si!
facundo.- ¿no te los llevás para hacer facha nomás?
belén.- eh... si, me descubriste.
facundo.- yo sabía, je.
belén.- si.
mientras me acercaba los libros, me dijo sobradoramente:
facundo.- ¿sabés decir algo más que si?
agarré los libros que me extendía, tomé aire y mirandolo a los ojos le solté, antes de darme vuelta:
belén.- sé. es que para explayarme suelo necesitar que mi interlocutor no sea tan pelotudo, ¿viste?
y así empezaba, hace diez años exactamente, la que sería mi primer historia de (des)amor. y el primero, sexualmente hablando, de todos los hombres de mi vida.
(t.-, con ese titulo merezco saber que mierda escribiste en tu última entrada de blog, no seas pajero y abrilo a las visitas a las cuales les robás los títulos de tus entradas)
bueno, ahora quiero saber más!
ResponderEliminarPensé que era la única persona que hace 14años menstruaba a los 9años!!! Te acompaño en sentimiento...Yo también fui un monstruo muy deforme hasta que cumplí 15. Con la diferencia que en lugar de tetas me creció culo (las tetas vinieron a mi vida hace unos años gracias a la magnifica silicona) y en un mes, crecí 10cms hasta que a los 10 u 11 alcance la estatura que tengo ahora a los 23, 1,60mts...Una cagada atómica, mucho desarrollo temprano al pedo, todo para terminar siendo una enana de mierda.
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