hoy cuando entraba al supermercado chino venia enfrascada en tirar un pasito que habia visto que el polaco hacía mientras cantaba este temón:
tan entretenida estaba que me pegué de frente contra el poste que había a la entrada del local y el tong de mi cabeza contra el susodicho sonó como una campanada de iglesia. levanté inmediatamente mi mareada cabeza para comprobar, satisfecha, que nadie parecía haber advertido el blooper, por lo que me enderecé, esquivé el poste y continué avanzando con tanta mala suerte que me tragué una de esas canastas del orto que ponen los chinos de mierda para no comprar carritos de verdad y que los imbéciles de los clientes dejan en el medio del camino para no caminar 4 pasos más y dejarlas en el puto lugar donde se guardan. me tropecé y caí de rodillas al piso pero de una forma increiblemente extraña, en dos etapas. mis rodillas pegaron contra el piso por lo que quedé arodillada y dos segundos después mi cabeza siguió el recorrido de las rodillas con la misma fuerza y me pegué la frente contra el piso. me quedé ahí, con la cabeza contra el cemento queriendo que el momento de tener que levantarme no llegase nunca. enfrentada a la carcajada pública, y con serias chances de ganarme el martín fierro a la deforme del año solo podía pensar que se me partía el cerebro. cuando logré incorporar el torso me encontré con el chino de la caja mirandome inexpresivamente. volví a mirar el piso, hice como que levantaba algo de allí, me paré con cara de: que aliviada que estoy se me habia caido algo importante y solo me arrastre por el piso para levantarlo con la frente.
inmediatamente mi boca soltó en un tono totalmente neutro:
- buenos días, que fresquito que hace hoy ¿eh?
cuando pasé a pagar por la caja con los dos potes del asqueroso casancrem light que había ido a buscar el chino me dio el vuelto y con algo que intentó ser una sonrisa y señalando hacia adelante dijo:
- cuilado canastos.
el mensaje fue claro:
gualda, soil chino pero no boludo.
tan entretenida estaba que me pegué de frente contra el poste que había a la entrada del local y el tong de mi cabeza contra el susodicho sonó como una campanada de iglesia. levanté inmediatamente mi mareada cabeza para comprobar, satisfecha, que nadie parecía haber advertido el blooper, por lo que me enderecé, esquivé el poste y continué avanzando con tanta mala suerte que me tragué una de esas canastas del orto que ponen los chinos de mierda para no comprar carritos de verdad y que los imbéciles de los clientes dejan en el medio del camino para no caminar 4 pasos más y dejarlas en el puto lugar donde se guardan. me tropecé y caí de rodillas al piso pero de una forma increiblemente extraña, en dos etapas. mis rodillas pegaron contra el piso por lo que quedé arodillada y dos segundos después mi cabeza siguió el recorrido de las rodillas con la misma fuerza y me pegué la frente contra el piso. me quedé ahí, con la cabeza contra el cemento queriendo que el momento de tener que levantarme no llegase nunca. enfrentada a la carcajada pública, y con serias chances de ganarme el martín fierro a la deforme del año solo podía pensar que se me partía el cerebro. cuando logré incorporar el torso me encontré con el chino de la caja mirandome inexpresivamente. volví a mirar el piso, hice como que levantaba algo de allí, me paré con cara de: que aliviada que estoy se me habia caido algo importante y solo me arrastre por el piso para levantarlo con la frente.
inmediatamente mi boca soltó en un tono totalmente neutro:
- buenos días, que fresquito que hace hoy ¿eh?
cuando pasé a pagar por la caja con los dos potes del asqueroso casancrem light que había ido a buscar el chino me dio el vuelto y con algo que intentó ser una sonrisa y señalando hacia adelante dijo:
- cuilado canastos.
el mensaje fue claro:
gualda, soil chino pero no boludo.