en joggin y pantuflas. con el rimel corrido. una colita desarmada. la ventana abierta trayendome el fresco de este junio invernal. de fondo, los redondos. un pote de dulce de leche de un kilo y una cuchara que va de mi boca al tarro y del tarro a mi boca, solo interrumpido ocasionalmente con un chupeteo cómplice de isidora.
la infelicidad perfecta es grata y estimulante. sobre todo cuando viene acompañada de dulce de leche.
la infelicidad perfecta es grata y estimulante. sobre todo cuando viene acompañada de dulce de leche.
Espero que tengas mas de un pote para acompañar tu prosa melancolica.
ResponderEliminarte extraño vos.
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