era enero.
estaba tirada en la cama, en mi casa de madryn.
el ventilador de techo se movía con pereza, en cámara lenta.
pensé que esa forma de bambolearse no podía ser normal e imaginé que se desprendía, y se me caía encima y me despedazaba como en un cuento de elsa bornemann que había leído de chiquita.
igual, razoné aburrida, anda tan lento que no podría despedazarme la verdad. tal vez me dejaría algunos moretones, no se. me desfiguraría un toque la cara.
de pronto el ruido de una ventanita de chat del face me desconcentró.
me levanté, incredula, y miré a la pc derruida desde la cual desde fines de diciembre intentaba conectarme a redes de wi fi sin clave sin ningún tipo de éxito. cuando lograba conectarme al face, la conexión duraba, fácil, 30 segundos. para una adicta como yo, el sobrevivir durante un mes sin ningún tipo de conexión era jodido.
el sonidito del chat, entonces, en medio del oasis sin tecnologías y calor de la hora de la siesta madrynense me sonó a señal divina.
me acerqué y mi entusiasmo se diluyó cuando vi que estaba conectado el face del blog. no eran amigos ni ningún chongo ocasional de los que habían quedado en la city porteña. no eran chismes ni noticias de la civilización.
me hablaba un tal facundo, al que no conocía.
"me enganché con los relatos del equipo de fútbol, belén"
volví a tirarme en la cama, frustrada y centré mis pensamientos mas profundos en el ventilador. que mugre tenía, algún día de estos me iba a tener que subir a una escalera a limpiarlo. ¿tenía una escalera?
la ventanita del chat insistió. o facundo, era lo mismo.
intrigada por los diez minutos de conexión ininterrumpidas que parecía estar brindandome la computadora por primera vez, me acerqué de nuevo.
"yo le había puesto mis fichas a que le entrabas al entrenador, eso sí. el entrenador en el equipo que juego ha intentado, mas de una vez, ligarse a alguna de las amigas que nos han ido a ver. sin éxito, claro".
me resultó simpático el comentario y medio aparato que utilizara la palabra "ligar". estaba mortalmente aburrida y a punto de ser descuartizada por un ventilador; la verdad no tenía absolutamente nada mejor que hacer, asique le contesté:
¿vos también llevás a tus amigas a verte jugar? ¿les querés dar?
facundo vió el mensaje pero no me contestó.
abrí entonces su foto de perfil, para interiorizarme al respecto de si valía la pena insistir. alto, morocho, un tanto flaco. una sonrisa preciosa, blanquisima. no estaba mal. fui hacia la parte de información: era de nicaragua, con razón lo de ligar.
preferible extranjero a aparato, pensé.
preferible extranjero a aparato, pensé.
dado que no contestaba, insistí:
??
facundo: jajaja, no, amigas mías no, de los compañeros de equipo. igual es mala jugada esa. tenés docenas de buitres alrededor.
belén: posta. es p``ara lucirse viste. pero los tippoos no tienen en cuenta las otras variabnles, son unidireccionales viste.
facundo: que se potencian en el vestuario.
belén: disculpá que escriba como mogólica, es que estoy en un tyeclado re viejo que anda para el orto y trenes que hasçdcer re fuerza para que salgan las letras, cuano salen.
facundo: tranqui, no pasa nada.
belén: estoy muy tranqui.
facundo: me enganché con el blog a partir de la del equipo de futbol y comencé a leer.
belén: ah, si. hay algunas buenas y otras no tanto... estudiás en sociales.
facundo: si. ¿vos en puan?
belén: ya terminé yo. estoy vieja. que cosa sociales eh.
facundo: ¿por?
belén: la pasan mejor. estudian menos, promocionan todo.
facundo: ehh.
belén: ¿te enojaste? es verdad igual.
facundo: no me enojé. nosotros también tenemos pica con filo.
belén: me imagino. no se deben bancar que seamos mas inteligentes y sepamos más.
facundo: debe ser eso.
belén: somos mas lindos, también.
no volvió a contestarme.
me pregunté, mal humorada, para que carajo me escribía si no iba a responder,
algo que (aunque yo todavía no lo sabía) sería una constante en nuestro accidentado interaccionar.
pensé que no todo estaba perdido: tenía internet. emocionada, intenté abrir mi perfil de facebook, pero la conexión se perdió.
esto es todo culpa de facundo, pensé. boludo, ya vas a volver.
satisfecha con mi descarga de odio kármika, me volví a acostar, olvidándome de facundo inmediatamente. tal vez tendría que cambiar ese ventilador, pensé. o hacerlo arreglar, llamar a un electricista. ¿los electricistas arreglan ventiladores?, ese aparato no se movía de forma normal, eso era seguro.
ahora entiendo por qué vivís en la tiendita del horror... adikta al wifi
ResponderEliminarQue cosa lo de estudiar en sociales eh. Tuve la dicha y el infortunio de pasar por ahí, deje mi corazón en el aula 405 y 170 pesos en los panes rellenos.
ResponderEliminarsalu
Waldo Leguizamon