primera parte
segunda
tercera
cuarta
quinta
sexta
séptima
lo esperé abajo. estar encerrada entre las cuatro paredes del depto me ponía nerviosa. necesitaba aire. estaba fresco, un vientito suave me recordaba que estaba ahí, que tenía un cuerpo que se erizaba, que estaba viva. además pedro me ponía nerviosa. digo, cada vez que venía a casa se ponía tan nervioso que me ponía nerviosa a mi.
me había puesto un enterito tipo short, straples. el que a el le gustaba. me hice una colita, me pinté los ojos, me puse unas sandalias que hacían parecer a mis piernas razonablemente largas. pero no se, no estaba del todo convencida. tenía como un mal presentimiento que me acompañó toda la noche.
estaba pensando en eso, cuando lo vi acercarse, apurado. caminaba gracioso, con pasos demasiado largos para sus piernas cortas. me miró sin verme, y nervioso, bajó la vista. me putié por dentro. me había olvidado de como era en persona, cuando estaba cerca mio. me malhumoré, de pronto.
me dio un beso rápido en la mejilla, y empezó a caminar con la cabeza gacha. tuve un impulso de dar la vuelta y quedarme en mi casa. pero me había puesto las sandalias, me había pintado los ojos, no podía abandonar sin pelear. tomé aire y lo seguí.
hablamos poco, casi nada en el trayecto que hicimos en colectivo. no estaba incomoda, igual. no tenía nada que decir, y eso en mi era raro. el cada tanto me sonreía como disculpándose. tal vez presagiaba lo que iba a pasar. tal vez era su culpa, que le atacaba por dos. por su novia, y por mi. me acomodé frente a uno de los asientos y cerré los ojos. con un movimiento rápido se puso atrás mío y se recostó sobre mi. abrí los ojos, sorprendida. ¿había sido eso un avance explícito?.
di media vuelta con mi cara y lo miré. me miraba, dulce. se acercó un poco más y sentí su respiración sobre el cuello.
sin embargo, el colectivo estaba bastante lleno. a lo mejor solo había sido para acomodarse en un menor espacio. de buen samaritano, digamos. de pedro podía esperarse cualquier cosa.
ya a estas alturas no sabia como leerlo, no entendía nada. de pronto apoyó su mentón sobre la parte de atrás de mi espalda. contuve la respiración y sentí que me daba un beso, chiquito, sobre el hombro. muerta de vergüenza me quedé donde estaba, y él hizo lo propio hasta llegar a nuestra parada. mi mente trabajaba a mil. no podía creerlo. ¿ya estaba?, ¿finalmente habíamos avanzado?
cuando se movió para bajar ese momento había desaparecido. pedro empezó a hablar de cualquier cosa, rápido, sin demasiado sentido.
estaba confundida. ¿realmente me había dado un beso? las dos escenas parecían totalmente incompatibles entre sí.
en la puerta del barcito de palermo, nos esperaban matías y sole. pedro sonrió excesivamente. yo hice una mueca.
nada estaba, nunca, con este pibe. dos adelante, cinco para atrás. medio para adelante, siete para atrás.
lo odié. me odié. nos odié.
nada nuevo bajo el sol.
entré, resignada.
segunda
tercera
cuarta
quinta
sexta
séptima
lo esperé abajo. estar encerrada entre las cuatro paredes del depto me ponía nerviosa. necesitaba aire. estaba fresco, un vientito suave me recordaba que estaba ahí, que tenía un cuerpo que se erizaba, que estaba viva. además pedro me ponía nerviosa. digo, cada vez que venía a casa se ponía tan nervioso que me ponía nerviosa a mi.
me había puesto un enterito tipo short, straples. el que a el le gustaba. me hice una colita, me pinté los ojos, me puse unas sandalias que hacían parecer a mis piernas razonablemente largas. pero no se, no estaba del todo convencida. tenía como un mal presentimiento que me acompañó toda la noche.
estaba pensando en eso, cuando lo vi acercarse, apurado. caminaba gracioso, con pasos demasiado largos para sus piernas cortas. me miró sin verme, y nervioso, bajó la vista. me putié por dentro. me había olvidado de como era en persona, cuando estaba cerca mio. me malhumoré, de pronto.
me dio un beso rápido en la mejilla, y empezó a caminar con la cabeza gacha. tuve un impulso de dar la vuelta y quedarme en mi casa. pero me había puesto las sandalias, me había pintado los ojos, no podía abandonar sin pelear. tomé aire y lo seguí.
hablamos poco, casi nada en el trayecto que hicimos en colectivo. no estaba incomoda, igual. no tenía nada que decir, y eso en mi era raro. el cada tanto me sonreía como disculpándose. tal vez presagiaba lo que iba a pasar. tal vez era su culpa, que le atacaba por dos. por su novia, y por mi. me acomodé frente a uno de los asientos y cerré los ojos. con un movimiento rápido se puso atrás mío y se recostó sobre mi. abrí los ojos, sorprendida. ¿había sido eso un avance explícito?.
di media vuelta con mi cara y lo miré. me miraba, dulce. se acercó un poco más y sentí su respiración sobre el cuello.
sin embargo, el colectivo estaba bastante lleno. a lo mejor solo había sido para acomodarse en un menor espacio. de buen samaritano, digamos. de pedro podía esperarse cualquier cosa.
ya a estas alturas no sabia como leerlo, no entendía nada. de pronto apoyó su mentón sobre la parte de atrás de mi espalda. contuve la respiración y sentí que me daba un beso, chiquito, sobre el hombro. muerta de vergüenza me quedé donde estaba, y él hizo lo propio hasta llegar a nuestra parada. mi mente trabajaba a mil. no podía creerlo. ¿ya estaba?, ¿finalmente habíamos avanzado?
cuando se movió para bajar ese momento había desaparecido. pedro empezó a hablar de cualquier cosa, rápido, sin demasiado sentido.
estaba confundida. ¿realmente me había dado un beso? las dos escenas parecían totalmente incompatibles entre sí.
en la puerta del barcito de palermo, nos esperaban matías y sole. pedro sonrió excesivamente. yo hice una mueca.
nada estaba, nunca, con este pibe. dos adelante, cinco para atrás. medio para adelante, siete para atrás.
lo odié. me odié. nos odié.
nada nuevo bajo el sol.
entré, resignada.
¡me da el patatús! con tantos feriados en ese país, dale gas por favor y terminá con pedro, con el italiano... que marchen todos al paredón. queremos saaaangre (no te manches el enterito porfa).
ResponderEliminarEspero la próxima entrega ansioso como chimpancé on merca
ResponderEliminaruuuuuuuuuuuh, qué bajón, me leí los 8 post de pedro en 10 minutos y ahora se pone re leeento... dale, ponete media pi, y dale gas!!
ResponderEliminarCarlaD.
quiero seguir leyendo.
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