para las/los dos que se quejaron en la última entrada de mi desaparición.
perdón, tienen razón. me zarpé.
hoy me tropecé con un cordón (no calculo bien cuanto tengo que levantar el pie cuando ando con tacos, además de mi pelotudez característica) y caí de rodillas ante un chico que no se rió ni un poquito. se preocupó, me cedió su mano, y mientras yo me levantaba presa de un ataque de risa y de humillación, me miró serio y mantuvo su mano en la mía.lo miré confundida y dejé la mano ahí, apreciando su tibieza.
me sonrió y yo recordé la ridiculez de mi caída, como derrape y trastabillé durante tres segundos hasta finalmente, caer. me volví a reír y miré hacia abajo poniéndome colorada y notando que me sangraba la rodilla y había traspasado el pantalón. él dirigió su mirada a mi rodilla, y comentó:
- uh, te re lastimaste.
lo mire, agradecida de que no se hubiese reído, y le dije que no era nada, que el único problema era que tenía que entrar a trabajar con el pantalón manchado y los chicos me iban a preguntar y yo les iba a tener que contar. me insistió con acompañarme al baño del bar que había en la esquina para limpiarme, pero me rehusé. era tarde, tenía que entrar, veía a la secretaria esperando en la puerta de la escuela para no tener que volver a salir para abrirme.
le agradecí de nuevo, y noté que mi mano seguía en la suya.
la saqué, repentinamente.
- todos nos caemos, no te preocupes.
- quedé como una boluda, le expliqué, enrojeciendo aún más.
- para nada.
- che, me voy. gracias por la... contención.
se rió y me hizo un gesto de comprensión con la mano.
camine semi rengueando tres pasos y me voltié. seguía ahí parado, y justo me miró cuando lo miré.
pensaba que sería el genial inicio de una historia de amor para siempre si le hubiese pedido el face, aunque sea, pero no me animé, por supuesto.
repasé todos los encuentros fugaces con gente que podría haberme hecho morir de amor y que no continué por boluda, por no arriesgarme, por siempre apostar a lo seguro que tan seguro no es porque nunca sirve.
la secretaria, extrañada, me preguntó quien era el tipo que se nos había quedado mirando.
- nadie, contesté, no lo conozco.
me miré de vuelta la rodilla y entendí que yo no estaba preparada para dejar que el amor me sorprendiese.
sonó el timbre justo cuando caminaba por el pasillo y se me aceleró el corazón. tal vez era él, queriendo saber quién era, conocerme. voltié y vi a la secretaria hablando con una madre y pensé que que triste, todo.
que triste no animarse.
pero a la vez que lindo imaginar historias con lo que no fue.
Que lindo es leer cosas lindas cuando estás hecha un bajón con patas.
ResponderEliminarGracias :-)
No puedo parar de leerte Belen!...volve mas seguido che!
ResponderEliminarloca, gracias por volver. además de loca, sos una zarpada por dejarnos secos tanto tiempo. y después de esta historia, dejame decirte que también sos una cagona. y que yo sea anónimo y vos recibas estas facturas es el precio de la fama. la inflación ¿vió? salú.
ResponderEliminarLa magia de tu blog está en lo que transmitís cuando escribís.. sos maravillosa! Esta entrada me hizo bien al alma.
ResponderEliminarea que bueno que volviste a escribir. es lindo leerte. beso
ResponderEliminarrulo
¿esto fue así o es realidad ficcionada? en cualquier caso, "esh arte" diría el Bambi
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