primer capitulo
segundo
tercero
cuarto
quinto
sexto
7mo
8vo
9no
10
11
12
13
14
15
no volvimos a hablar.
el lunes y el martes pasaron lentos, lentísimos.
las horas, pegajosas, no parecían querer terminarse.
la ansiedad me consumía.
cada tanto me acordaba del miércoles a las 7 y el corazón me latía rápido, desbocado, porque sí.
el miércoles me desperte a las 6 am, sin sueño.
miré el celular, esperando, ridículamente, que me haya escrito confirmando la cita de hoy. nada, obviamente.
pensé en escribirle.
tipié: ¿venís al final?
pero lo borré. me sono muy minita exigiendo.
volví a tipear: ¿nos vemos today?
que pelotuda que soy, pensé, mientras lo borraba.
tiré el celular sobre la cama lejos de mis manos. el corazón se me aceleró otra vez.
es capaz de no venir, pensé, y me enojé con él por adelantado.
me bañé, me depilé, me hice un baño de crema.
me puse linda, pero una sensación de hastío me inundaba la boca del estomago. tenía un mal presentimiento.
el día fue chicle, como lo habían sido el lunes y el martes.
di clases, corregí, respondí mails con la cabeza en pedro.
mis sentidos estaban totalmente alertas. estaba tan cerca, tan, por qué esta sensación de mierda entonces. después de tanto esperar...
increíblemente llegaron las 6. y después las 6.30. me lavé los dientes, me volví a peinar el pelo. me cambié el jean por una calza que me hacía buen culo, me acomodé el escote, busqué e hice una lista de temas para cojer. 6.45. el corazón se desbocaba de a ratos, se prendía de pronto como si fuese el motor de la heladera y de a ratos se apaciguaba. 6.56. ya debería estar acá, qué onda. 6.58 me delinié otra vez los ojos. subí la musica.
y esperé.
se hicieron las 7.
y nada.
las 7.03.
y ahora eran las 7.05.
agarré el celular. ¿dónde estás?.
7.08 lo borré.
me volví a lavar los dientes.
7.14 me até el pelo otra vez.
7.17 me descorazoné. pensé que si se hacían las 7 y media y no había novedades ya no iba a venir.
¿se había olvidado??
volví a agarrar el celular.
¿donde estás, forro?, tipié.
antes de que pudiese apretar enviar, sonó el timbre. 7.23.
dos veces. cortito.
mantuve la respiración. me miré al espejo. me solté el pelo otra vez. esperé un minuto para contestar.
¿hola?, pregunté por el portero, con la mayor tranquilidad que me fue posible.
bel, soy yo. ya llegué.
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el lunes y el martes pasaron lentos, lentísimos.
las horas, pegajosas, no parecían querer terminarse.
la ansiedad me consumía.
cada tanto me acordaba del miércoles a las 7 y el corazón me latía rápido, desbocado, porque sí.
el miércoles me desperte a las 6 am, sin sueño.
miré el celular, esperando, ridículamente, que me haya escrito confirmando la cita de hoy. nada, obviamente.
pensé en escribirle.
tipié: ¿venís al final?
pero lo borré. me sono muy minita exigiendo.
volví a tipear: ¿nos vemos today?
que pelotuda que soy, pensé, mientras lo borraba.
tiré el celular sobre la cama lejos de mis manos. el corazón se me aceleró otra vez.
es capaz de no venir, pensé, y me enojé con él por adelantado.
me bañé, me depilé, me hice un baño de crema.
me puse linda, pero una sensación de hastío me inundaba la boca del estomago. tenía un mal presentimiento.
el día fue chicle, como lo habían sido el lunes y el martes.
di clases, corregí, respondí mails con la cabeza en pedro.
mis sentidos estaban totalmente alertas. estaba tan cerca, tan, por qué esta sensación de mierda entonces. después de tanto esperar...
increíblemente llegaron las 6. y después las 6.30. me lavé los dientes, me volví a peinar el pelo. me cambié el jean por una calza que me hacía buen culo, me acomodé el escote, busqué e hice una lista de temas para cojer. 6.45. el corazón se desbocaba de a ratos, se prendía de pronto como si fuese el motor de la heladera y de a ratos se apaciguaba. 6.56. ya debería estar acá, qué onda. 6.58 me delinié otra vez los ojos. subí la musica.
y esperé.
se hicieron las 7.
y nada.
las 7.03.
y ahora eran las 7.05.
agarré el celular. ¿dónde estás?.
7.08 lo borré.
me volví a lavar los dientes.
7.14 me até el pelo otra vez.
7.17 me descorazoné. pensé que si se hacían las 7 y media y no había novedades ya no iba a venir.
¿se había olvidado??
volví a agarrar el celular.
¿donde estás, forro?, tipié.
antes de que pudiese apretar enviar, sonó el timbre. 7.23.
dos veces. cortito.
mantuve la respiración. me miré al espejo. me solté el pelo otra vez. esperé un minuto para contestar.
¿hola?, pregunté por el portero, con la mayor tranquilidad que me fue posible.
bel, soy yo. ya llegué.