5. bullying
se inclinó sobre mi. cerré los ojos. ¿me va a besar ahora, ya, ahora mismo? me muero muerta te amo lautaro.
pero no chicus, obvio que no.
apoyó sus labios en la parte baja de mi mejilla y me dio un beso chiquito, muy cerca de las comisuras. se quedó ahí unos segundos y pude sentir el olor a cigarrillo impregnado y mi mejilla mojada. estaba realmente empapado.
se metió al bar y yo lo seguí, en silencio.
se paró delante de la barra, decidido. yo solo lo miraba.
lautaro: ¿que querés tomar?
belén: mmm.
lautaro: ¿decisión difícil? ¿te ayudo?
belén: no no... eh...¿un gin tonic?
lautaro: dale. elegí dónde sentarnos, yo te llevo.
belén: bueno dale. esperá que te doy la guita.
lautaro: no te hagas drama. te invito yo.
belén: no no, yo te doy bancá.
lautaro: no, belén. te la debo. por las cancelaciones.
su tono fue definitivo. le obedecí, como en todo a partir de ahí.
me senté en la barra y lo esperé.
se sentó al rato. se sacó la capucha.
tenía el corte ese que está de moda, rapado a los costados. tenerlo un poco largo no le favorecía. ahí me di cuenta que no era perfecto y un poco me regocijó, debo confesarles.
ya no me sentía tan en desnivel.
me sonreí. bien belén.
vio mi sonrisa.
lautaro: es el pelo, ¿no?
belén: ¿eh?
lautaro: se que no está en mi mejor momento. el tuyo está bien. espero que sigas en 3.
belén: bueno, te diría que estoy en un 2,50 ya.
lautaro: ahhh, bien. veo que sos fácil.
¿queeeeee? me dijo fácil????
belén: bue
lautaro: no te enojes. ¿no era nuestro código?.
belén: ¿cuál, ser fácil? porque yo no te describiría así la verdad.
lautaro: qué decís. la re remé para vernos.
belén: me estás jodiendo.
lautaro se sonrió ampliamente. noté que tenía los dientes torcidos. le sonreí generosa, para que viera que los míos formaban una hilera perfecta. tomá, puto.
lautaro: no boluda, en serio que no podía el lunes. mirá, vinimos hoy con este diluvio porque sabía que ya no podía cancelarte y quería verte. me ibas a matar sino.
belén: ¿yo? vos me mataste.
lautaro: ¿yo? te hice un chiste y saltaste como leche hervida.
belén: NO LEÍ LO DEL DOMINÓ
lautaro: porque sos una demente.
belén: PORQUE YA ME HABIAS CANCELADO DOS VECES
lautaro: jajaja, que sacada.
belén: de que te reís tarado.
lautaro: nada, nada.
belén: lo disfrutaste.
lautaro: creí que nos hacíamos bullying. eso habíamos quedado.
belén: pero no como para hacer llorar al otro. hay límites.
lautaro: ¿lloraste?
belén: NO
lautaro: ves, todavía tengo resto entonces.
belén: no, pero esperá. yo me la mandé, ok, consensuemos eso.
lautaro se tomó el último trago a su cerveza y se quedó callado. al rato, como si lo hubiese meditado, contestó.
lautaro: estamos de acuerdo.
belén: bien. pero vos hiciste una de más.
lautaro: ¿yo?
levantó las manos y fingió sorpresa. que hermoso que sos te amo.
lautaro: consensuemos que estuve divino.
belén: QUÉ
lautaro: divino. soporté con entereza...
belén: ah bue. ya fué.
lautaro: tus enojos y abandonos de conversación.
belén: salímos si no estás IRASCIBLE me dijiste. te fuiste al carajo.
lautaro se acomodó en la banqueta con parsimonia. otra vez hizo una pausa ridícula e inconexa en medio de la conversación. tras un silencio parecido a la muerte, acotó.
lautaro: no dije eso.
belén: si.
lautaro: claro que no.
belén: está todo escrito.
lautaro: no, bancá. yo lo que dije es que salíamos si te bajaba la ira.
belén: totalmente de más.
lautaro: no me parece, la verdad. creo que fueron las palabras justas.
belén: dale, yo ya estaba arrastrada en el suelo.
lautaro: jaja, ¿para tanto?
belén: buscaba los restos de mi dignidad.
lautaro: ¿y los encontraste?
belén: ajjjjj. te odio.
lautaro se paró de pronto y, sin decir nada más, me dejó ahí. volvió al rato con otra cerveza y otro gin tonic. se sentó, en silencio.
de pronto, retomó la conversación como si nada.
lautaro: na, no me odiás. se que me amás.
belén: ¿ah si?
lautaro: si. no te culpo, igual. les pasa a todos.
fue exactamente en ese momento cuando me di cuenta de que este chico era yo. lo ví, de pronto: estaba sentada, con mi alter ego masculino, manteniendo una cita.
y lo peor de todo era que estaba siendo, claramente, derrotada.
sentí que desde el estomago me subía un mal humor furibundo.
leer este posteo es como ver a a la chilindrina levantándose al chavo del 8. Ambos en sus adolescencias torpes, sociabilizando inseguros y forzadamente con en el fin de la desvirgación.
ResponderEliminarAyy me dijiste fea -patada a la rodilla- ay me dijiste malo, porrazo en la cabeza.
Ni amelié se animó a tanto.
que capo que sos.
EliminarA mi me latió a capa
ResponderEliminarMe pasó lo mismo que a vos en mi cita..el chico es como una versión mía en masculino pero más sensible y me di CTA también que cuánto más bueno es el pibe menos nos gustan así que hice un esfuerzo por cambiar esa mentalidad en mí(porque es lindo pero demasiado bueno , atento y sensible!) y hubo chape. Pronto habrá 2da salida pero me estoy haciendo la dura para ir más despacio porque el flaco está en modo ansioso. Veremos cómo sigue...
ResponderEliminarun dia voy a usar el texto en tu blog para escribir un paper
ResponderEliminarun paper sobre que???
EliminarNo sé. Si supiese lo estaría escribiendo ya en vez de estar gordeando el desayuno.
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